Todo el que tenga un buen número de años, aún recordaran cuando sus madre le mandaban a las tiendas de entonces “niño coge los cascos y ve a comprar leche, vino, casera, cola, cerveza etc.” todo venía en envases retornable. Con la llegada de los grandes centros comerciales, nos vendieron que era signo de progreso utilizar los envases no retornables. Nos impusieron la filosofía, el modo de vida “usar y tirar”. No nos dimos cuenta que lo que realmente, nos impusieron las multinacionales fue, la costumbre de ir a ir a esas grandes tiendas, y cargados de envases, evidentemente no era manera de conseguirlo.
Quizás por haber trabajado en el comercio menor de la distribución tengo la costumbre de hacer paralelismo entre aquellas pequeñas tiendas y las que aún hoy resisten con las grandes. Pero aun soy más sensible a la demagogia que hoy se observa en buena parte de la sociedad a la hora de “defender la conservación del medio ambiente“ y el comportamiento tan contrario al que ejercen, estos mismos, en el día a día de sus vidas. Me veo obligado a ir a esas tiendas, porque salvo los productos perecederos, son ya mucho los manufacturados, conservas en general y productos de limpieza, que no se pueden comprar en las pequeñas tiendas. Es otra consecuencia más, del modelo económico que se ha implantado en España y muy especialmente de Despeñaperros hacia abajo.
No voy a entrar en que gente de Sevilla, donde se producen las naranjas más dulces del mundo, que le pregunten a los valencianos, compren en esas tiendas naranjas allende nuestras fronteras por el interés exclusivo de la multinacional y pagándolas en algunos casos incluso al doble de lo que valen en las pequeñas tiendas las de producción local. Lo mismo e incluso más sangrante, es lo que sucede con las patatas y otros muchos productos más de nuestra tierra.
Cuando voy a esas tiendas, no dejo de sorprenderme al ver a muchos clientes, y digo muchos, con las pintas más habituales de los progres defensores del medio ambiente, evidentemente de boquilla, acaparando productos envasados con plásticos -por cierto de mucha calidad, hay que ver lo que cuesta sacar el producto envasado de los mismos-. Hemos llegado a ver hasta una, si una naranja mandarina pelada y envasada. No teniendo bastante con esto, llegan a la caja y piden bolsas y más bolsas, que ya hoy las tienen que pagar, para definitivamente transportarlos.
Sin lugar a dudas, el producto que más abunda en las grandes tiendas del oligopolio de la distribución comercial, es el plástico. La razón más importante, es facilitar la estrategia comercial de la multinacional en cuestión a la que solo le preocupa y digo solo, el resultado económico final. Así y todo, no es lo más grave, pero eso lo dejaremos para otro día.
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