Es el negocio perfecto, tú pagas con tus impuestos y ellos hacen sus “creaciones artísticas”, sus películas. Da igual la gente que vaya a ver esas películas, da igual la repercusión que tengan o dejen de tener, porque ellos reciben subvenciones por crear “arte”, porque para eso los españoles dedican más de seis meses de su sueldo anual a pagar impuestos, para que estos disfruten de su trabajo.
Y así lo exigen, como hemos podido comprobar ayer mismo en la Gala de los Goya, celebrada en Málaga. Entre otros, un tal Eduardo Casanova, actor y director, pedía a Pedro Sánhcez más subvenciones, concretamente decía: “Al presidente del Gobierno le pediría más dinero para hacer nuestras películas. Nuestras películas necesitan dinero. Este tipo de galas están muy bien pero necesitamos dinero público para el cine”. Así de claro.
¿Y por qué ellos han de tener derecho a más dinero público?, pues sencillamente porque ellos lo valen, porque se lo merecen, vamos, por la cara. ¿Y por qué no le damos subvenciones a cualquier empresario?, ¿por qué no a los pananderos, a los fontaneros o a los abogados?, ¿por qué no a Rafa Nadal? No, el Estado con tus impuestos ha de subvencionar el cine porque son creadores de “arte”.
Aunque ese “arte” sea claramente deficitario, como la última película de este Eduardo Casanova, de título “Pieles”, que ha recibido una importante subvención con un presupuesto de un millón de euros y que solo ha recaudado 81.179 €, con un total de 14.663 espectadores. Un fracaso en toda regla. ¿Y estos fracasos se tienen que subvencionar? ¿Por qué?
Parece claro que un director de cine con un fracaso tan rotundo debería quedar apartado de futuras subvenciones, porque no sabe hacer su trabajo. Pero no, un inútil de esta categoría, encima, se ve con la fuerza para exigir más subvenciones, porque “nuestras películas necesitan dinero público”.
Claro que necesitan de dinero público, porque sus películas no las va a ver nadie. Así, viviendo de los demás, cualquiera hace cine. De pena.
TODAS LAS REDES SOCIALES DONDE PUEDES ENCONTRANOS, HAY QUE ESQUIVAR LA CENSURA
Yo no atento contra mi inteligencia. Sería hacerme trampas en el solitario. Por eso no veo cine español. A estos parásitos sectarios hay que dejarles sin subvención; que no es otra cosa que el impuesto revolucionario a que estamos sometidos los españoles, para mantener a todos estos para-miitares al servicio de la siniestra bolchevique-bolivariana.