Papá te hemos comprado como regalo de reyes un jersey. Si te esta grande o no te gusta, el ticket está en la bolsa es de -omitiré el nombre de la tienda para no hacerle publicidad- pero si diré que es una tienda muy famosa y que está en todos los centros comerciales. Muchas gracias hija. Cuanto te agradezco que te acuerdes de mí. Hoy, quince días después de Reyes, La he llamado “por favor, nunca más vuelvas a regalarme nada de esa tienda”.
Toda la vida henos soportado colas pero en general hemos entendido que las mismas, estaban más que justificadas, más aún, en un país en el que todo lo dejamos para el último día. Hemos dado por buenas las colas en la administración pública, aunque viéramos infinidad de mesas vacías y que deberían estar ocupadas. Tenemos más que asimilado y desde los tiempos de Mariano Jose de Larra la forma de actuar de este colectivo.
Pero, que en una economía de libre mercado una empresa privada no se preocupe de evitar a sus clientes, los mismos que generan su beneficio, unas larguísimas colas y de forma habitual; Tiene una difícil explicación. Desde el siguiente día laborable a la festividad de Reyes y hasta el día de hoy, he ido en cinco ocasiones a intentar descambiar la mencionada prenda. El primero de los días que fui, la cola llegaba desde la caja y tras dar la vuelta por toda la tienda, hasta la puerta de la calle. En los días sucesivos, esta se ha ido achicando hasta encontrarme hoy a una veinte de personas, todas mujeres, en la cola. Desde la misma tienda, hice la llamada a mi hija. A la salida fui a buscarla a su trabajo, le di la bolsa con el jersey y el ticket.
Esta situación de absoluto desprecio al cliente que les he narrado en una empresa privada, solo puede darse por dos razones. La primera es por el convencimiento de sus directivos a que por mucho que se les maltrate, los clientes volverán, y lo saben porque no tienen competencia al formar parte del oligopolio de la venta de ropa de moda, en este caso, y ya saben como se ponen de acuerdo las empresas que lo conforman. La segunda razón, sería que realmente la empresa y a pesar del volumen de ventas, no pudiera ampliar la plantilla y asumir el coste de la misma.
La primera de las razones sería achacable al Neo-Liberalismo y al que en escritos anteriores he aludido. La segunda es aun peor; Las empresas, no pueden soportar los gastos de personal, a pesar de tener un importante volumen de ventas, para dar un servicio razonable a sus clientes. Todos nos hemos visto sorprendido, resulta más grafico, cuando pequeños negocios de cualquier especialidad al que normalmente vemos llenos de gente, de buenas a primera, los hemos encontrado cerrado. El volumen en la facturación, no garantiza la solvencia del negocio.
El camino más eficaz hacia el comunismo es hacer inviables las empresas privadas, a la vez que hacer un estado cada vez más grande. Ninguna de las dos conclusiones me gusta nada, aunque puestos a escoger, prefiero las colas de antes. Las de hoy, son preludio del régimen comunista que se nos viene encima.
TODAS LAS REDES SOCIALES DONDE PUEDES ENCONTRANOS, HAY QUE ESQUIVAR LA CENSURA