Siempre es interesante leer la columna de Jesús Cacho en ‘Vozpopuli’. Pero la columna que publicaba el pasado 26 de enero y que titulaba “Un Rey en el exilio de Zarzuela” es aún más interesante, si cabe. Y es que en esa columna detalla el motivo por el que la pasada Nochebuena tuvimos que asistir a un discurso del Rey tan sumamente gris, Cacho lo califica como “un mensaje a la nación descafeinado, decepcionante en grado sumo, que quedó muy lejos de las expectativas de una población que tras la vergonzosa retreta de Rajoy y la irresponsable deriva de Sánchez ha depositado en el Rey, como primera autoridad del Estado, su confianza en la prevalencia de la ley y la Constitución“.
El caso es que, como pueden imaginar, el culpable no es otro que el de siempre: Pedro Sánchez. Y es que, según explica Cacho en su columna, el discurso que tenía preparado el Rey para el día 24 tuvo que hacer hasta 4 viajes de ida y vuelta entre el palacio de la Zarzuela y el de la Moncloa con un mensaje constante por parte de Moncloa: “más suave“.
Pero esto no es ninguna novedad en las relaciones del infumable Sánchez con el Rey, esta es uno más de los continuos desprecios y desplantes por los que ha estado haciendo pasar Pedro Sánchez al Rey en los últimos tiempos. El último, sin ir más lejos, fue el veto que realizó Sánchez al rey en el último viaje a Davos.
Parece que Sánchez ya no es que se crea que es el caudillo o el Rey Sol, es que directamente lo es. Y “su persona” tiene que destacar por encima de quien sea y a costa incluso de la propia figura del Rey. Bastante prudente está siendo el Rey con un Sánchez que no merece otra cosa más que se le trate a puntapiés.
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