El pasado día de Navidad, resultó difícil encontrar un bar abierto. Si, esos establecimientos que hoy, y debido, en gran parte, a la cantidad de gente que vive sin compañía, hacen tan magnífica labor social. Que largo se hacen los días de fiesta, cuando en ellos, el que acostumbra a desayunar, solo o con la familia en una cafetería y la encuentra cerrada, o para el que está acostumbrado a asistir a misa, y no la hay, o cuando no se celebra una reunión familiar que es habitual, o para los que acostumbran a ir al cine y se lo encuentran cerrado. Igual le pasa al jugador de pádel, golf o tenis cuando las instalaciones al efecto, están cerradas.
Hubo un tiempo en que el futbol en domingo era como el precepto de ir a misa ese día. Los antifranquistas lo ponían en paralelo a lo del “pan y circo” del imperio romano, los mismos que hoy callan con el actual modelo de televisión. El deporte, es la práctica de unos ejercicios físicos que, en la medida de cada organismo, conlleva un beneficio muy saludable para el mismo. En cuanto la práctica de este deporte resulta atractivo para terceras personas, se convierte en espectáculo y por el que las personas que quieren presenciarlo, incluso pagan por ello.
Es lo que ha pasado con el fútbol masculino. Si a esto añadimos la afinidad que se fue creando hacia equipos en concreto, el espectáculo, multiplico su capacidad para atraer a sus aficionados y convertirlos en hinchas, fans de equipos concretos. Mantienen a su equipo, lo defienden y en muchos casos, lo han hecho el centro de sus vidas. Los que van los domingos al campo a apoyar a sus equipos, son los que hacen posible la pervivencia de esos equipos. Por mucho que genere vía televisión, si la gente no acude al campo a presenciarlo, el equipo, acabaría desapareciendo. Así fue y será, a pesar de eso que llaman la globalización y que lejos de ser una mejora social, se limita a lo económico y en beneficio de unos cuantos y que cada vez son menos.
Con ella, los equipos pasaron a depender de los derechos televisivos que se venden por todo el mundo. Gracias a ellos, los futbolistas y sus dirigentes, pasaron a ganar cifras astronómicas a la vez que imponían sus condiciones laborales. Al aficionado, el que durante muchas décadas había hecho posible este milagro, pasó a ser residual en la estrategia económica de los equipos y no lo es aún más si no fuera porque son penalizados cuando hay mucho cemento en la imagen que se ofrecen por televisión.
Los domingos, el día de descanso y ocio por naturaleza, para muchos aficionados tenían el atractivo de asistir al partido de su equipo. Se recreaban, además de en el partido, en la ida y en la vuelta, dado que los horarios lo posibilitaban. Hoy, en la mitad de los domingos del año, no hay futbol. En los que los hay, solo en un tercio de los mismos, juega el equipo de cada uno. El resto de partidos, ya en sábados e incluso viernes y eso cuando no hay jornada entre semana. En estas, incluso se ha dado el caso que habiendo algún festivo inter-semanal, haya sido el único día de esa semana en que no hubo partido. Precisamente, el día en el que más podrían haber disfrutado los aficionados. De los muchos domingos no hay partido, bastante de ellos son para que la selección juegue contra equipos de bajísimo nivel en el que prima el negocio de los dirigentes que a su vez recompensan a los jugadores con primas bochornosas. A todo esto, hay que sumar los tres meses, entre primavera y verano, en los que no hay liga.
Nos venden que es cuestión del “merecido descanso”, aprovechando la Navidad. Nunca se ha jugado en esa festividad, pero tampoco había vacaciones al “modo funcionario” ya tienen bastantes vacaciones. Es otro privilegio del entramado del futbol profesional que naturalmente desprecia, nada nuevo en este país, a quienes los mantienen. Mientras que, en Inglaterra, la del Brexit, tiene partidos en las vacaciones de Navidad casi todos los días y es el espectáculo central de estas fiestas, es cuando los niños más van al fútbol, en España, hacen vacaciones. Pero claro, los tópicos, en este caso “Spain is diferent” están para cumplirlos y a los hinchas, que les den.
TODAS LAS REDES SOCIALES DONDE PUEDES ENCONTRANOS, HAY QUE ESQUIVAR LA CENSURA