Tras sus numerosas extorsiones, decidí poner fin a una relación llena de mentiras, tormentos y desdichas, sus constantes amenazas, con irse y no volver a ver a mi hija si no hacia lo que ella quería eran constantes y al no poder sostener más la situación decidí que lo mejor seria separarse.
Pero también sabia que aquello era el principio del fin. Había conseguido sosegar mi cabeza de aquella relación, pero el tormento no se iba a acabar ahí, lo peor estaba por venir. Cuando vi que el estar con mi hija iba a ser difícil, tras meses de papeleos y tiempos de espera para solicitar la justicia gratuita tanto en Ávila como en Valladolid y sin saber ni siquiera si podría ver a mi hija, dado que la madre no daba tregua y no quería acercar posturas en lo referente a la pequeña, mi ansiedad y nerviosismo hacían mella tanto en mi como en el de mi familia.
Cuando por fin me dan unas provisionales y logro volver a ver a mi hija en un punto de encuentro empiezo a respirar tranquilo pero esa tranquilidad es un espejismo. Yo en la demanda previa de guardia-custodia, solicité un análisis psicosocial. Pasados unos 8 meses me llaman a Ávila para realizarlo. Yo había pasado ya ala segunda fase de dichas provisionales en las que podía sacar a la peque del punto de encuentro y con el beneplácito de las respectivas técnicos pues el psicosocial no fue malo, no. Nefasto tampoco, fue demoledor.
Tan demoledor fue que la perito reclamó al juez que no volviera a ver a mi hija suspendiendo así las visitas. Mientras tanto mis padres por su lado están en el fragor de la batalla para poder ver a su nieta, algo a lo que tanto mi ex como su abogado piden que no se concedan argumentando que llevan un año sin ver a la niña y que eso le perjudica. Y tampoco preguntan por qué mis padres llevan un año así. Y es que la justicia gratuita no te la dan en el acto ya que luego el juez tiene que poner fecha, a eso hay que sumar un error garrafal de su abogada que derivo mas la tardanza, 20 meses llevan mis padres esperando…
En cuanto a mí, se celebra el juicio, y me dan 2h cada 15 días para ver a mi hija en el punto de encuentro. Y pasados 6 meses, dos horas a la semana, el punto de encuentro no hace informes claros. No puntualiza detalles como, por ejemplo, tú no me quieres, solo me quiere mami. Yo no me quiero quedar, solo quiero estar con mami. Eso en repetidas ocasiones.
Tras denunciar la situación por delito de odio y no facilitar el vinculo paterno-filial mis respectivas denuncias quedan archivadas. A día de hoy llevo ya dos meses sin poder ver a mi hija y nadie hace nada. Sé, por informes que tengo en mi poder, que le están haciendo un seguimiento los servicios sociales porque mi hija puede estar en riesgo de desamparo. Pero conmigo no cuentan. Tan solo una entrevista para decirme que van a trabajar con la madre mientras a mi y a mi familia no se nos da la oportunidad.
También tengo informes médicos que certifican que mi hija tiene malnutrición y falta de hierro. Yo lo denuncio y vuelven a archivar la denuncia. ¡Y así llevo dos años y medio! Comulgando con ruedas de molino y sin poder hacer nada.
En el punto de encuentro me dicen que tengo que respetar lo que haga la madre y que si la ponen en mi contra ellas no pueden hacer nada, que tengo que aceptarlo. Y a todo esto hay que añadir que estos años me provocan un trastorno adaptativo por el trauma y el estrés producido por la situación. Debido a ello estoy hiendo a terapia, aunque sigo luchando a pesar de los pesares porque se trata de mi hija.
He estado en manifestaciones, ponencias, reuniones y, además, muy involucrado y concienciado de algo que hoy es una realidad pese a que la quieran silenciar. El dolor es grande y muchos han caído en el camino debido a que la justicia les deja desamparados robándoles a sus hijos, además de sus bienes.
Nos quitan nuestra libertad y nuestra presunción de inocencia dejándoles a los pies de los caballos. ¿Qué necesidad de hacer daño a nadie y menos a través de un menor apartándole de su familia paterna por el simple hecho de ser el padre?
NOTA: El hecho relatado es absolutamente real. Las imágenes son de archivo con el único fin de mantener la privacidad de la persona denunciante.