Pedro

Pedro, ya has eliminado lo que hacía que no pudieses conciliar el sueño. Estabas desazonado, inquieto y alterado porque te agobiaba un gran peso que no te dejaba vivir en paz. ¿Cómo podrías consentir que la momia del causante de horrores inimaginables hubiese reposado durante cuarenta y cuatro años en una tumba a la que no tenía derecho? Te negabas a admitirlo y, siguiendo lo que tu predecesor, el nefasto José Luis Rodríguez Zapatero inició, te has empeñado con sañudo encono a remover cielos y tierra para lograr tu propósito.

¿A ti, que te mueves a golpe de encuestas y cambias de orientación más que las veletas, no se te ocurrió sondear la opinión de los españoles para ver si nos causaba alguna repugnancia que Franco se encontrase en el Valle de Los Caídos durmiendo el sueño eterno?

No te pasó por mientes, porque, si lo hubieses hecho, te habrías llevado una gran decepción, cuando la mayoría hubiésemos respondido que se nos daba una higa el lugar en el que se encontrase Franco.

No lo has hecho porque a ti no te mueve la búsqueda de la verdad, sino la revancha y el odio.

Desde su muerte ha transcurrido más de una generación de españoles que desconocen quién fue, qué hizo y qué significó para España, pero Zapatero y tú, con vuestra rencorosa y vengativa ley de Memoria Histórica, os habéis encargado de resucitarlo.

Queréis que haya Memoria Histórica pero solo para vengar a los vencidos. No rememoráis a quienes fueron masacrados, algunos de ellos por el mero hecho ir a misa, rezar el Rosario o simplemente por ser católicos, religión a la que profesáis un odio visceral, que no es de ahora, pues durante los años que duró la desgraciada Segunda República se puso abiertamente de manifiesto con crímenes execrables, y propició con sus locuras y desmanes la rebelión de quienes veían que España estaba siendo destrozada.

La desastrosa e inicua actuación de los gobernantes de la misma abocaban a que a España se despeñase por un insondable precipicio a la vez que convertirla en un satélite de la República Soviética. Solo hace falta para comprobarlo consultar documentos y hemerotecas.

¿Eso es lo que tú y tus correligionarios queréis que vuelva a suceder?

Ya se ha convertido en un lugar común referirse a la Transición como la ocasión en la que los distintos políticos de uno y otro bando, soslayando los intereses de cada uno y buscando el bien de nuestra Patria, se pusieron de acuerdo para conseguir una reconciliación, enterrando viejos odios y rencores.

El PSOE, con sus nefastos dirigentes a la cabeza, está procurando por todos los medios que todo se quede en agua de borrajas, y que vuelvan las dos Españas de Machado.

Estáis resucitando fantasmas del pasado, cuando menos falta hace. ¿Qué pretendes Pedro Sánchez con ello? ¿fomentar el odio y el resentimiento entre los españoles?

No lo vais a conseguir porque las heridas de la Guerra Incivil fueron tan hondas y produjeron tanto dolor que los españoles no queremos volver a las andadas por mucho que lo pretendáis.

Vosotros los socialistas denostáis, detestáis y execráis todo lo realizado bajo el mandato de Franco, pero, como siempre, solo servís para predicar, nunca para dar trigo.

Que Franco fue un dictador, nadie lo duda, pero esa dictadura fue más provechosa y social, por no llamarla “socialista” para los españoles que lo que habéis sido capaces de crear y desbaratar vosotros desde la Transición.

Franco dio forma y convirtió en una empresa fructifica y provechosa lo que de modo irregular ocurría con ciertas asociaciones de ciegos que hacían una rifa vendiendo cupones, con lo que la mayoría de lo que carecían de vista encontraron un trabajo decente y  modesto, además de una remuneración digna, y se integraron en la sociedad dejando de depender de la caridad pública.  Aunque fuera nada más que por eso, ya sería un timbre de gloria para Franco, pues esas pequeñas agrupaciones las unificó y creó, el 13 de diciembre de 1938, aún  no finalizada la guerra, la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), que sacó de la miseria y de que tuviesen que vivir de la limosna a la gran cantidad de ciegos que había en España.

Otra Institución que nada más llegar al poder los socialistas destruisteis fueron las Universidades Laborales, en las que muchísimos hijos de trabajadores pudieron estudiar, y algunos alcanzar la Enseñanza Superior, que si no hubiese sido por ellas, hubieran tenido que conformarse con ser unos artesanos manuales o trabajadores del campo, sin que ello suponga desdoro alguno, pero no proporciona los conocimientos y la libertad de unos estudios superiores.

Los socialistas os habéis empeñado en despreciar, cuando no destruir, todos los logros con los que dotó a España el denostado Franco.

¿Qué pretendes ahora, Pedro, tras la profanación dela tumba de Franco? ¿Con qué la vas a tomar ahora? Se me ocurren muchas ideas sobre les que podríais volcar vuestro encono y rencor, pero no voy a expresar ninguna para no proporcionarte pistas.

Eres mísero, rencoroso y abyecto además de falto de dignidad, ya que si la tuvieses, en el momento en el que se descubrió el fraude de tu insustancial tesis doctoral hubieras dimitido y desaparecido de la vida pública, escondiéndote en el más oscuro rincón que hubieses encontrado.

En cierta ocasión tuviste el descaro y la desvergüenza de, en una entrevista pública, llamarle a Rajoy indecente. Tú eres el máximo exponente de la misma.