Quizá el título de este artículo resulte para muchos igual de extraño que en su momento para Nicodemo, sin embargo, en su comprensión y lo más importante en su vivencia está la clave de nuestra vida. Especialmente de nuestra vida futura.
Recientemente, un buen amigo mío (por el que he orado especialmente) salía de un retiro de corte carismático diciendo literalmente: “he renacido”. Lo que me iba contando transmitía todo un gozo y una sensación de liberación de ataduras internas y mochilas contagioso. Es uno de los frutos de la conversión que todo aquel que se considere verdaderamente cristiano debería vivir. Eso y no una mera aceptación mental de toda una serie de rituales, dogmas y creencias es lo que convierte en cristiano a una persona. Los dogmas y la liturgia son importantes ciertamente pero no sirven para nada afirmarlos si no renaces del agua y del espíritu.
La cuestión de la que hablamos es la que indica Jesús en el evangelio de San Juan 3:5: Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
No deja de ser profunda y verdaderamente triste (especialmente por los seres más queridos) ver cómo no sólo no son creyentes, sino que aquellos que supuestamente creen y se ven a sí mismos en camino de salvación por el hecho de que frecuentan ciertos sacramentos o son devotos de María no han renacido nunca del agua y del espíritu. (Aclaro para las mentes más fanáticas y cerriles que no resto importancia a los sacramentos, pero debe primero efectuarse una conversión). A ese renacimiento están llamados todos los seres humanos, no es una cuestión de gente más preparada teológicamente.
Si usted lector, también observa esa misma realidad consigo mismo o en su alrededor, no desespere ni se deprima confíe y ore a Jesús para que Él le envíe a usted y a otros al Espíritu Santo que cambia los corazones de piedra por uno de carne. Les puedo asegurar que verán cambios si perseveran en la oración.
Les dejo con una canción que he cantado varias veces y precisamente escuché por primera vez en un retiro de las mismas características que el que acaba de realizar mi amigo. Les animo a que recen la letra de la misma.