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No parecen ni medio normales los resultados de todas las encuestas electorales que se están publicando en los grandes medios en los últimos días. Comparando unas con otras te vuelves loco, pero si ya las comparas con la última encuesta publicada por el CIS, la locura es casi absoluta.

En resumidas cuentas, parece, y digo parece porque ya no estoy seguro de nada, que el PSOE seguiría bajando y que el llamado “bloque de derechas” se acercaría a superar la mayoría al “bloque de izquierdas”. Por un lado te dicen que están a tan solo 4 escaños mientras por otro te dicen que está a más o menos 13.

Y uno que desconoce absolutamente cómo funcionan estos estudios y en qué datos se basan, se pregunta si las encuestas se hacen en países distintos o todas se hacen en España. Pero puestos a pensar mal, que casi siempre se acierta en esta España que nos ha tocado vivir, todas ellas parecen resultado de una manipulación con un protagonista común en todas: Vox.

Y es que da la sensación de que se está utilizando al partido de Abascal desde todos los medios de comunicación para “arrimar el ascua a su sardina”. En lo que se refiere a los medios de izquierda para movilizar a los votantes de esa ideología por el miedo a los “ultras” y en cuanto a los medios de derechas para movilizar también a los votantes pero en este caso para “neutralizar” a Vox por aquello del voto útil.

El caso es que creo que todas, incluida la del CIS, son para manipular a una sociedad cada vez más fácilmente manipulable. En unos casos con un fin y en otros con otro. Pero lo que me parece evidente es que todos los grandes medios, de un lado y de otro, temen a un partido como Vox cuyas propuestas no parece que pudieran venir muy bien a unos grandes medios, de uno y otro lado, cuya supervivencia se basa, en gran parte, en la cantidad de dinero público que reciban anualmente con esa “compra de favores” a la que llaman “publicidad institucional”.

El caso es que yo no me fiaría demasiado de las encuestas y haría lo que me pida el cuerpo en las urnas. Olvídense de supuestos votos útiles, olvídense de miedos y hagan lo que les pida el cuerpo sin fiarse de lo que les digan de uno y otro lado.