Es vergonzoso, una señora de 70 años, catedrática de enseñanza secundaria, derive a unas declaraciones que no tiene ni pies ni cabeza, incoherencia grave, propio de una demencia senil. Han dicho de ella por buenhonomía que ha sido un “lapsus”, y digo que es posible porque es propio por la edad, el olvido momentáneo de la mente de la realidad constitucional en su artículo 27, o porque le ha dado por la maldad y la demencia al decir que el Derecho de los padres a la Educación de sus hijos, no se recoge en la Constitución Española, en un Foro de la Educación privada invitada por la Organización, y para su insabiduría decirle que sí se recoge en la Constitución, ley positiva; está mal de la cabeza, y eso que esta señora, catedrática de lengua, no sepa leer o es la demencia de su edad.
Ha estudiado en Deusto, una universidad privada católica que defiende la enseñanza que ella ahora niega el derecho humano de educar los padres a sus hijos según su religión, lo que le hace una señora incongruente o de una vida de frustraciones personales, que desconozco, y que quiere ahora pagarlo con los padres y con los hijos de los demás, es decir con las familias. Y a eso no estamos dispuestos a ceder miles de millones de padres e hijos, que estamos en el mundo en cualquier continente y país.
Que no se frustre, parece que está resentida de sus 70 años de su vida, y deseo que se cure de ese mal intrínseco por su bien y el de todas las familias.
Además de Constitucional es ley natural. ¿Lo entiende?
También el hecho que lo haya dicho leyendo o es mala leche u obediencia servil al partido del vaivén, el PSOE.
Debería jubilarse de la enseñanza, de la política, y de la opinión por sus disparates o demencia senil, e ingresar, en su caso, en una residencia de dependencia para tal o cuál enfermedad.
Su nombre deriva de celar que es cuando observa a una persona o sus movimientos y acciones por recelos que se tienen de ella. Y que vigila a los dependientes o inferiores para cuidar de que cumplan sus deberes.
Pienso que de celar pasa a recelar o recelaá.
¿Cómo y quién es esta mujer para negar absolutamente el derecho de los padres de elegir la educación y la religión de sus hijos? A pesar de todo, respeto su opinión, equivocada y/o senil.
Démosle la opción de que se rectifique públicamente. Y si es demencia senil, excusarla, pero entonces ingresarla en una residencia de demencia senil.