Bésame

Tenía previsto escribir hoy sobre las jornadas en Madrid del XV Congreso Escuelas Católicas, con afirmaciones tiradas al vacío de la ministra en funciones de educación, maniobrando con sus declaraciones inequívocas, poniendo este tema tan controvertido con esta izquierda donde está garantizada por nuestra Constitución. Cuando esta izquierda radical habla de libertad cuando ellos mismos no se ajusta a la realidad, sea el tema que sea, o el motivo cuando no se concuerda a su contexto ideológico.

Ayer no pude leer los periódicos, pero viendo su lectura hoy he decidido dejar para otro día y apartarlo para otra ocasión. Así que he decidido exponer aquí adelantándome a la información de la ministra en funciones una publicación que con la maestría que le caracteriza a Antonio Burgos en ABC. Su manera jocosa y aguda en maniobrar sus palabras en este escrito he observado que ha cambiado sus dialécticos vocabularios, donde he visto la seriedad, que, aunque siempre tiene su mesura, en esta ocasión me atrevo en decir, por las circunstancias que imperan en España en estos momentos, solo cabría la seriedad del momento.

Todos contra Vox, ha sido el enunciado que mencionaba anteriormente. Son la ultraderecha, ¡claro que son la ultraderecha! Un peligro. En cambio, la CUP o ERC, una bendición de Dios.  Para la progresía y lo que no es la progresía, para las radios y las televisiones, para los tertulianos y los conductores de informativos, hay un nuevo deporte nacional: insultar a Vox. Primera regla imprescindible de este deporte: no se puede decir «Vox» a secas, como decimos PP, PSOE o Podemos. Hay que remarcar cada vez que se cita que nos estamos refiriendo, naturalmente, al «partido ultraderechista Vox». Bildu no es «el partido ultraizquierdista proetarra», ni Podemos «el partido populista neocomunista», no. Todas las calificaciones despectivas o simplemente definitorias han de ser obviadas, según las reglas de este deporte nacional, excepto para la estigmatización de Vox.

El claro hecho de que VOX haya alcanzado 52 escaños ha sacado de quicio, ha roto los estándares de algunos tertulianos, donde también ha dejado grogui  a los directores de tertulias  televisivas, les han dejado con los pies cambiados y ahora empiezan a satanizar, incluso, sin apreciar, a los 3.640.063 españoles que siente a su patria y el bien común de todos, donde no son racistas, ni fascistas, homófobos ni xenófobos, es decir patriotas honrados y personas de bien que han visto en VOX una espera que como se señala en su distintivo el color verde, han visto su esperanza en este partido. Sin embargo, como dice muy bien Burgos, “de momento, a más de un millón de votantes más de los de Podemos-IU, a los que nadie osa colocarles la etiqueta de populistas o comunistas antes de citar su nombre. Por lo visto es un pecado de lesa progresía sacar la bandera de España, defender la unidad de la Patria, las libertades, la igualdad…”.

La maquinación de estas televisiones con sus directores de los programas cuyas tertulias son demasiadas rancias en los días que estamos, donde los palmeros de turno sacan brillo a sus manos cuando las soplan desde sus asientos. Hemos llegado a una sinrazón extrema, donde los augurios soplan vientos para el ir devenir de nuestra España. En ese periódico he visto una viñeta donde los dos protagonistas, el de Podemos y el del PSOE, se están dando un buen beso, de esos que yo le llamo chupeteado, de esos con salivilla, como se dice en mi tierra. O aquella frase tan manida que dice: Bésame tonto, ahora que no nos ve nadie.