ÚNETE A NUESTRA NUEVA PÁGINA DE FACEBOOK. EMPEZAMOS DE CERO
ÚNETE A NUESTRO NUEVO CANAL DE TELEGRAM
ÚNETE A NUESTRA NUEVA COMUNIDAD EN VK
Y no le duelen prendas en reconocerlo
Quien lea hoy la habitual columna de Jaime Peñafiel en ‘LOC’ de ‘El Mundo’ tendrá que mirar una y otra vez por ver si se ha equivocado y el autor del artículo es cualquier otra persona. Jaime Peñafiel alaba el comportamiento de la Reina Letizia al finalizar el desfile de las Fuerzas Armadas del pasado 12 de octubre.
Y el motivo de esa alabanza no es otro que el comportamiento que tuvo con el paracaidista Luis Fernando Pozo cuando, después de haberse estrellado este contra la farola, “Letizia no solo se detuvo, sino que, con gestos muy cariñosos, tomó sus manos intentando consolarle“, algo que no había hecho el Rey Felipe quien simplemente estrechó, sin más, la mano del paracaidista aunque, tras ver la actitud de Letizia con él, rectificó y también se mostró cariñoso y cercano.
Pero no crean que en este artículo de Peñafiel es oro todo lo que reluce en cuanto a Letizia. Él también tiene su explicación para todo esto: “Aunque su amabilidad jamás es fingida, ella puede cambiar en un segundo si alguien o algo le disgusta. La sonrisa expansiva y espontánea que puede maliciosamente brillar sobre su restaurado rostro es tan cálida como gélida. Su desaparición repentina cuando menos se espera o algo o alguien le disgusta. Pero también una empatía que aparece de repente. Se trata de una mujer tercamente decidida a cumplir su deber cual si fuera la titular de la cosa“.
Además, Peñafie describe en ese artículo cómo es la personalidad del Rey Felipe y cuál ha sido la educación que ha recibido desde su niñez. A Felipe le describe como una persona seria, tímida y quizás poco cercana en ocasiones. Algo que gracias comportamientos espontáneos como el de Letizia el pasado 12 de octubre va consiguiendo corregir.
Enlace directo al artículo de Jaime Peñafiel.
