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Los periódicos de hoy, día del desfile de la fiesta Nacional, no han tenido diferencias algunas en lo que contaban en aquel día del año 2018, se comentaba por aquel entonces que, Pedro Sánchez, fue recibido con pitos y gritos de “fuera”, “fuera okupa” y “elecciones”. Este año ha sido exactamente igual, en cuanto a los gritos proferidos al presidente en funciones. Y, como en el año pasado, las ovaciones y las palmas a nuestro Rey inundaron con sus ruidos los motores de los cazas que se dieron cita en el azul agrisado del cielo de Madrid que había a la hora del desfile.
Este año hubo una novedad, el silencio del bullicio se acarameló con la voz dulce de la soprano Ainhoa Arteta con la canción “La muerte no es el final”, melodía sinfónica y apadrinada para la ceremonia en homenaje a los caídos de nuestros ejércitos. Este día seguro que fue muy grato para nuestros paisanos, los españoles que se dieron cita en el Paseo de la Castellana y su entorno madrileño. Lo mismo los que estuvimos delante del televisor viendo la parada militar como los que estuvieron en ese lugar de esa madrileña calle de Madrid.
El protagonismo de ese día fue, por casualidad, un viento inesperado que le dio de lleno al paracaídas del soldado que portaba la Bandera Española para ser trasladada al mástil, para engrandecer a la España que con ojos incrédulos la veían enredarse en una de las farolas de esa avenida del Paseo de la Castellana.
Fue el opositor a todo protagonismo que como siempre se personaliza año tras año con las palabras de los asientes de “fuera, fuera” de los españolitos de a pie y de los que estaban en las tribunas para presenciar el desfile. Gritos que incendiaron las gargantas de muchísimos españoles cuando se iba acercando al soldado que transportaba la bandera que llevaba en el paracaídas. Sánchez que quiso estar en el caldo y en la tajá, cuando los reyes y sus hijas fueron a felicitar al soldado cuyo valor quiso primero salvar su bandera que amparase en el estado en que se encontraba, cosa que vimos todos los españoles que estábamos presenciando el desfile.
No sabía yo que el presidente en funciones sabía ridiculizar los abucheos en el desfile militar en la conmemoración del día de la Hispanidad “No voy a ser menos que González y Zapatero”. No hay palabras para esta frase, aunque, a decir verdad, las tengo.
Hace unos días Pedro Sánchez ha participado en un desayuno informativo el día 5, donde informa ABC. ESPAÑA, lo que ha dicho el inquilino de la Moncloa, es lo siguiente: Allí, ha explicado su concepto de “nación de naciones”. Sánchez dice que hay que vivir con “normalidad” el hecho de que España es un país complejo. Además, sostiene que hay que normalizar una realidad que es compleja en un mundo que acepta que la nación no se identifica únicamente con los límites de un Estado, sino que en un Estado pueden compartirse distintas identidades nacionales”. “La nación de naciones estaría formada por España, Cataluña, Galicia y País Vasco”, ha precisado.
Este es el protagonista o todo terreno. Un hombre para todo. Un hombre donde se cachondea y pone en ridículo a dos de sus antecesores. Un hombre que la palabra España la ningunea y la menosprecia hablando de Nación de naciones en cuanto al sentido patrio del nombre de España. Un hombre que da por sentado sin nombrar lo más mínimo lo que está pasando en Andalucía con los ERE. Un hombre que dice ahora que volvería a intentar un pacto con las fuerzas de izquierdas de la Cámara, cuando les ha dado carpetazo a estas formaciones. Hace unos días, este tal Pedro Sánchez es el que dice pedir funerales de Estado para las víctimas de la violencia doméstica, donde una vez que vio el gazapo cometido —seguro que fue, advertido por algún consejero— dio marcha atrás. Lo dicho: un protagonista todo terreno.