Pedro Sánchez Santiago Abascal
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Se reúne con todos menos con Vox

El sectarismo del Presidente del Gobierno de TODOS, Pedro Sánchez, está llegando a unos extremos completamente inadmisibles. Ya nos dejó muestras de ello en esta corta legislatura cuando, en el Congreso, ni siquiera tenía la deferencia de dirigirse a Santiago Abascal cuando el líder de Vox intervenía.

Pero tras la sentencia del Tribunal Supremo con los golpistas de Cataluña y los actos violentos que se están produciendo en esa región, Sánchez ha llevado su sectarismo a límites completamente insospechados y propios de un auténtico dictador. Convoca a todos los líderes políticos para tratar el tema de Cataluña, convoca hasta a un separatista como Pablo Iglesias, y no convoca al líder del único partido personado en ese juicio porque fue uno de los partidos que denunció a los golpistas, no convoca a Santiago Abascal.

Es decir, se pasa a los millones de españoles que votaron a Vox en las pasadas elecciones directamente por el arco del triunfo. Para Sánchez, esos españoles, los votantes de Vox, no son ni tan siquiera españoles de tercera puesto que les ignora por completo al ignorar al partido al que han votado. E ignora a este partido en primer lugar por su inaceptable y enfermizo sectarismo, también lo hace porque teme que las condiciones que pusiera Vox para tratar el asunto de Cataluña chocaran con su intención de ser blando con ellos, para no molestar a sus futuros y teóricos aliados de investidura, los separatistas catalanes.

Es tan inaceptable su comportamiento que no tiene parangón en ninguna democracia a la que se quiera parecer España. Ojalá el próximo 10 de noviembre, Sánchez se lleve la sorpresa de su vida y acabe en su casa o sentado en un escaño que no sea el del gobierno. Esto es completamente inaceptable.