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Hay un pequeño cambio que se está mostrando en los medios y es el reconocer ante una palpable realidad que no sólo siempre el hombre es culpable, que también lo pueden ser las mujeres. Por fin, el caso de Almería, nos hace ver la enorme desprotección del menor, que llega a costarle la vida en muchas ocasiones. Sí, y ante la impasividad de la asistencia social y la justicia.
Pero, por otro lado, vamos hacia atrás al ver que la Fiscalía pide reducir la pena a Juana Rivas y de este modo no irá a la cárcel. Secuestro, sustracción internacional de menores, alienación parental, todo esto es gravísimo y debe penalizarse; de lo contrario instigará a otras mujeres a hacer lo mismo o a afirmar que antes de entregar a un niño a su padre le corta el cuello. Las denuncias falsas, además de la gravedad de los hechos citados, deben denunciarse como ha hecho Juan Carlos Quer, porque estas situaciones no ayudan a la auténtica mujer maltratada, con la que estamos a su lado y debemos proteger al máximo.
No es admisible una justicia tan paradójica que ignore casos como el del niño de El Ejido. El menor es lo primero y todos, absolutamente todos, deberían poner empeño en garantizar que el menor sea respetado en sus derechos y su integridad, y para ello no hay demoras ni plazos porque un minuto puede ser cuestión de vida o muerte. Un gobierno que no plantee como prioridad a la infancia no debería gobernar.
Así estamos con este feminismo maldito de creer sí o sí a la mujer y vilipendiar al hombre y del que el gobierno actual hizo su lema. Que no haga falta ni en la sociedad ni en los medios de comunicación que se repitan casos como el del menor de siete años para que se le dé al hombre y a los menores el valor que les corresponde y para que su palabra sea escuchada. No existen dogmas de fe que establezcan que sólo la mujer dice la verdad y tiene el protagonismo absoluto, aunque mienta, aunque hiera, aunque mate. IGUALDAD HOMBRE Y MUJER EN DERECHOS Y DEBERES.