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El Estado por encima de la familia
En este España de pan y circo parece que todo lo que no tenga que ver con lo que suceda en la liga de fútbol o en Gran Hermano carece de importancia y la gente, en general, lo pasa por alto como si aquí no sucediera nada.
El PSOE, en su histórico afán por controlarlo todo en su propio beneficio y con controlar el pensamiento y la opinión, incluso histórica, sigue dilapidando derechos y libertades individuales situando al estado por encima de todo, como una especie de poder supremo. Con ese poder supremo con el que se creen y que parece importar muy poco al ciudadano medio español, ha decidido que la decisión del estado sobre donde enterrar a un muerto debe prevalecer sobre la de la familia del difunto siempre que ellos quieran.
Y para eso cuentan con una especie de brazo armado que avala jurídicamente ese tipo de decisiones pasando por encima de cualquier decisión personal e individual. El Tribunal Supremo castiga a una familia, la familia Franco en este caso, por el mero hecho de ser familiar de quien es. Como si esto fuera Corea del Norte, los delitos no son pagados solo por el presunto delincuente, el castigo recae sobre toda su familia. Y eso teniendo en cuenta que Franco no fue ningún delincuente. En su obsesión enfermiza y soviética por reescribir la historia, el PSOE, el estado pasará por encima de quien sea y de lo que sea, incluso por un derecho familiar y totalmente privado como es el hecho de enterrar a un muerto.
Y aquí nadie dice nada. Aquí nadie se mueve. En esta España del pensamiento único hay dos tipos de personas, las que no investigan y no tratan de instruirse para tener una opinión personal y simplemente repiten como papagayos lo que escuchen por televisión y las que callan y ocultan su opinión para no ser atacadas por ello, las que no se expresan por cobardía.
Mientras tanto, en esto sucederá como en otros cientos de cosas. La gente no se da cuenta de la importancia de ciertas decisiones hasta que a ellos no les afecte directa y personalmente en un futuro. Se reescribe la historia, se pasa por encima de los derechos personales. Se persigue la libertad de expresión y de opinión para que solo se escuche una, la que ellos dicen. Y encima viven convencidos de que España es un país libre y democrático.