Javier Navascués y Cake Minuesa
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El periodista pide perdón a los monjes de la abadía benedictina, especialmente al Padre Cantera, por el que siente una gran admiración. Se jugó la vida descendiendo por un lugar inverosímil y superando varios pasadizos como en la mejor película de Indiana Jones. Esta vez no buscaba el arca perdida sino la tumba profanada de Franco. Gracias Cake por ser como eres, el héroe de muchos patriotas y de aquellos que demandan un periodismo veraz.

Cake nos cuenta muchos de los detalles de su audaz intento de grabar un documento histórico, pero no explicita todo, pues lo más interesante de su apasionante plan nos lo contará el próximo 28 de octubre en el teatro Rialto de Madrid. Estamos seguros de que lo va a reventar y la gente llorará de risa. Ese día todos seremos Cake.

¿Por qué quiere empezar esta entrevista con unas palabras de disculpa al Padre Cantera?

Tal y como he dicho en las redes, lo primero que quiero hacer es pedir disculpas a los benedictinos y a Santiago Cantera, que es el Prior y ese gran padre que todos deberíamos tener. Es comprensivo, es buena persona, es querido por los suyos y por todos. Es una persona por la que sólo se puede sentir admiración.

¿Siente que a él le ha podido molestar su acción?

Siento un poco que le he defraudado. No le conté lo que iba a hacer porque no quería que él lo supiera, ya que no quería obligarle a mentir.

¿Ha sido imprudente su acción?

Es verdad que he ido a un límite al que quizá no debería haber ido porque quería hacer la grabación de lo que considero una profanación. De hecho lo titulamos así: Crónica de una profanación. Es verdad que rompí una puerta, es verdad que me colé, es verdad que estaba dentro de la Basílica cuando había unas medidas de seguridad que no las hay en ningún lugar de España.

Ni siquiera en Cataluña…

Así es, la Guardia Civil está ahí con una seguridad extrema porque es súper importante para el Gobierno que haya destacamentos cuidando y custodiando el Valle. Es importante para ellos que haya allí tanques, coches pesados…mientras en Cataluña hay un caos infernal. Son cosas de este Gobierno. Para ellos, lo más urgente es sacar a Franco.

¿Por qué quiso grabar cómo se realizaba la profanación?

Para sacar las imágenes de la verdad, no las imágenes que nos quieran dar.

Se jugó realmente el tipo para grabar esas imágenes…

Es verdad que me descolgué de un lugar bastante peligroso, que fue dificilísimo llegar hasta allí y sobrepasar todas las puertas, pero al final lo conseguimos y en la última puerta que me quedaba, quizá hice demasiado ruido.

¿Lo había planeado bien?

Sí, lo estuve planificando durante mucho tiempo y al final me quedé a las puertas. Tendré que asumir las consecuencias y seguir trabajando, haciendo denuncia social.

¿Cómo fue el trato hacia usted por parte de la Guardia Civil al detenerlo y tenerlo arrestado?

La Guardia Civil me trató con muchísimo respeto y profesionalidad en todo momento. Hubo un momento en el que ya me vi descubierto y me entregué saliendo a su encuentro. Reitero, se han portado de una forma exquisita y está claro que nadie puede burlar a la Guardia Civil y no seré yo el que lo haga, aunque estuve a punto de hacerlo. Mis respetos para ellos y mi admiración para un Cuerpo que hasta el último segundo en el que estuve detenido y arrestado me trataron con absoluto respeto, haciendo su trabajo de un modo formidable.

¿Qué me puede contar de esos 60 metros que bajó en un ascensor completamente a oscuras?

Pues pensaba que me iba a morir y bajaba las escaleras rezando y dando gracias a Dios por cada escalón que superaba. Hubo mucha preparación previa y la vamos a contar al detalle en el monólogo del día 28. Hasta de aquí se puede sacar humor. El día 28, en el teatro Rialto de Madrid, os contaré lo que no sabéis de lo que fue todo el proceso de intentar hacer esta grabación.

Artículo publicado por “El Correo de Madrid”