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Silencio absoluto
La Plataforma Patriótica Millán Astray ha remitido un escrito de protesta al Instituto de la Cinematografía y de las Artes Visuales del Ministerio de Cultura. En ese escrito, esa plataforma denuncia que Amenábar ha cometido plagio en su película ‘Mientras dure la guerra’ y piden que se le obligue a devolver la subvención que recibió para producir esa película que era de un 1,4 millones de euros.
En ese escrito, la Plataforma Millán Astray denuncia que la película es una copia de “un texto literario creado en el año 1941 por Luis Portillo, exiliado del Frente Popular en Londres tras la Guerra Civil“. Las pruebas para esta denuncia se basan en “la localización de ocho evidencias de plagio de dicho texto, identificados en los trailers oficiales y disponibles de dicha película en Internet, donde se acredita que el texto original de la cinta subvencionada es de Luis Portillo, contenida en el relato ‘Unamuno’s Last Lecture’, que se publicó en inglés en el número de diciembre de 1941 de la revista ‘Horizon (a Review of Literature and Art, 1941’”
La denuncia por plagio se fundamenta también “la definitiva investigación del reputado historiador Severiano Delgado reflejada en su artículo científico ‘Arqueología de un mito: el acto del 12 de octubre de 1936’, y que recoge las falsedades y mitos creados por Luis Portillo en 1941 (cinco años después de los hechos) sobre el mitificado enfrentamiento entre Unamuno y Millán Astray en la Universidad de Salamanca en 1936″.
Además, los veteranos legionarios acusan a Amenábar de ser el responsable de la situación dado que intentaron contactar con él para informarle del asunto y “ofrecerse gratuitamente como asesores, precisamente para evitar situaciones de plagio y mentiras como la denunciada, propuesta que fue respondida por un silencio que ahora vemos que encubría un plagio de escándalo“. Pero subrayan que lo que les lleva a denunciar todo esto es la necesidad de “defender la memoria” del fundador de la Legión, José Millán Astray.
La mayoría de las películas que se han realizado en España sobre la guerra civil, a partir de la Transición, han sido películas que han dado una visión sesgada y completamente parcial de hechos históricos. La parcialidad de las mismas ha sido tan exagerada, que en ninguna de ellas se ha dado una versión histórica y real ni de lo que pasó, ni de la realidad de los hechos. Se ha puesto siempre al bando republicano como el bueno y al mando nacional como el malo, sin más.
No se ha analizado a la Segunda República, se han ocultado las traiciones del Frente Popular, sus asesinatos y los saqueos continuos que provocaron que Franco se levantara contra ese gobierno. La película de Amenábar, mucho más después de haber escuchado sus declaraciones, parece una película sectaria más.
Además, la denuncia realizada por los veteranos legionarios, a la que hacemos mención en este artículo,se ha hecho el pasado mes de agosto y ha sido ocultada por la mayoría de los medios de comunicación en España. Es evidente que Alejandro Amenábar tiene la libertad de hacer una película para manipular como quiera, aunque sea bastante feo y mucho más si lo hace con un presunto plagio.
Pero es igual de cierto que nosotros, como espectadores, tenemos la libertad de elegir si vamos a ver esa película o no. Nosotros por nuestra parte nos negamos a verla porque nos parece que vamos a pagar nuestra entrada para que se nos intente manipular y no estamos dispuestos a ello. Amenábar ha dicho recientemente que “el fantasma de Franco flota hoy entre nosotros“, como recriminando que haya gente que le tenga muy presente.
Pero los que en realidad los tienen muy presente son Amenábar y la gente de su ideología. Pero lo peor no es eso, lo peor es lo que les motiva a provocar que siga “flotando en el ambiente”. Unos lo hacen por sus intereses políticos, como Pedro Sánchez, Amenábar lo hace por sus intereses económicos, para vendernos su película. Bien, pues por nuestra parte ya la puede ir a ver él y los suyos, nosotros nos negamos.