Joaquín Leguina Pedro Sánchez

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Muy buen artículo

Si hay algo que la excesiva vanidad de Pedro Sánchez no puede soportar son las críticas. Si esas críticas le llegan desde la militancia del PSOE, se pone enfermo. Pero si esas críticas le llegan desde la militancia de parte de históricos militantes del PSOE, el presidente en funciones ya se pone de los nervios, completamente fuera de sí.

‘El Economista’ publica hoy un artículo firmado por Joaquín Leguina que es, en su totalidad, un ejemplo de lógica y coherencia. Un artículo que deja de lado sectarios “forofismos” partidistas para convertirse en una acertada crítica y un retrato perfecto de lo que es Sánchez y de la personalidad del actual Secretario General del PSOE.

Y lo hace desmenuzando alguno de los párrafos de la carta que Sánchez envió a sus militantes, entre los que se encuentra Leguina, con motivo de la nueva convocatoria de elecciones y de su falta de acuerdo con otros partidos para formar gobierno. Una carta en la que Sánchez, principal responsable de la situación en la que nos encontramos, echa balones fuera y, lo peor, echa la culpa a todo el mundo de su incapacidad personal, que solo es culpa suya, como es lógico.

El artículo en sí, no demasiado largo, hace algunas acertadas reflexiones a las que, estamos seguros, Sánchez no hará el mas mínimo caso, excepto para ponerse de los nervios. Uno de los párrafos que menciona Leguina de esa carta dice literalmente: “Somos el partido de una izquierda que se comporta con moderación, porque se dirige a grandes mayorías. Somos el partido de quienes aspiran a construir y no a destruir. Somos la fuerza de la mayoría progresista que existe en nuestro país y que ha hecho avanzar a España en democracia“. La conclusión que saca Leguina de ese párrafo se resume en cinco palabras: “Aclaro: Sánchez no tiene abuela“.

Y es que con esas cinco palabras se resume lo que es la personalidad de Sánchez. Una personalidad de un simple que se considera más alto y mas guapo que los demás, literalmente, y que considera que cualquier asunto que vaya mal, aunque él sea el máximo responsable, es solo por culpa de los otros. Y con esa simpleza de argumentos, Sánchez recuperó la secretaria general del PSOE y lleva más de un año al frente del gobierno.

Y ahora solo cabe preguntarse si el problema no es que Sánchez sea un simple, o que la simpleza sea más de quienes depositan su voto confiando en un personaje como él. A nosotros nos parece que la segunda opción es la más acertada.

Enlace directo al artículo de Joaquín Leguina.