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Seguro que conocerán esa empresa que hace elaborados anuncios de televisión, en cadenas minoritarias, que vende, en general, artículos de regalo, sobre todo joyas y relojes. Funciona y al parecer bastante bien y desde hace muchos años. Los pedidos, pequeños paquetitos en general, los hace a través de una poderosa empresa de paquetería cuyo fuerte son la entrega de correo a los buzones y que está sostenida con dinero público. Ya saben lo que eso quiere decir, que, si tiene perdida, la paga usted.
Un amigo de los que por la mañana comparto el segundo café, ayer no asistió al mismo. Hoy, nos ha dado la explicación, y es que se tuvo que quedar en casa para que le entregaran un reloj del que se había antojado. Naturalmente, le pedí que lo mostrara “no puedo hacerlo porque no me lo entregaron. Perdí toda la mañana. Estuve buena parte de esta pegado al teléfono, ya para recibir llamadas o mensajes, ya para hacer yo las llamadas o contestar esos mensajes. Así y todo, el resultado, es que el reloj, no lo tengo”. Dado que estamos en vacaciones y el tiempo transcurre más que lentamente, los allí congregados, nos prestamos a explicaciones más detalladas.
El día anterior, recibí en mi teléfono un mensaje diciéndome que “mañana, entre las diez y las dos aproximadamente, recibiría su paquete” dado que en ese horario tengo bastantes cosas que hacer, aunque con flexibilidad, conteste al mensaje recibido “que, por favor, me llamaran diez minutos antes de la entrega (sabido es que los repartidores llevan teléfono) para asegurar, el estar en el punto de entrega”. Nada mas enviarlo me salió en el teléfono “fallo al enviar” Evidentemente, desde el teléfono que envían el mensaje está preparado para no admitir contestaciones. Pues nada, me quedé pacientemente en casa a esperar al repartidor, dos horas después, a las doce y sin que apareciera ni me llamara nadie tuve que ir a la casa de mi hija, a la espalda de la mía y a un minuto andando, a recoger a mi nieto. Antes de irme, sobre un inmaculado folio en blanco y con grueso rotulador negro, escribí que “por favor, si llegara y no estuviera, me llamara por teléfono, estoy aquí al lado” Folio blanco con gruesas letras negras que pegue sobre mi puerta de color negro mate. Pues sí, lo que están pensando, fue llegar a casa de mi hija y sonar el teléfono que lo llevaba en la mano, sonó un tono y se cortó, calculo que un segundo aproximadamente, espere unos instantes pensando que se le habría cortado la llamada para que la mía no se cruzara con la suya, si la repetía, que iluso. Pasado esos instantes sin que me repitiera la llamada, llame, varias veces y varias veces salto el buzón de voz, para a continuación recibir un mensaje desde el mismo teléfono que decía más o menos” paquete no entregado por ausencia, siga este enlace, para informarse” El resto del día recibí continuas llamadas de un robot, que no daba la opción de hablar con nadie, solo permitía contestar a tres posibilidades sobre distintas maneras de entrega, de las que ninguna me cuadraba. En definitiva, era del todo imposible comunicar con la empresa de reparto.
Transcurridos dos días; aquí está el reloj. A pesar de mis infinitos esfuerzos por contactar con la empresa de reparto de paquetería y viendo que diariamente se repetía la misma dinámica, ayer me senté a esperar unos minutos antes de la hora en la que llegaba el repartidor a mi casa en días anteriores, mejor dicho, la hora en la que recibía en mi teléfono móvil, la llamada para justificar que el repartidor había estado en mi casa. Efectivamente, a la misma hora allí estaba el repartido al que le pregunté si era el mismo de días anteriores, me contesto afirmativamente por lo que le pregunté con el folio en la mano que pegue a la puerta en mi ausencia en días anteriores, si no lo había visto, a lo que también con absoluta rotundidad me contestó negativamente…
Si han llegado leyendo hasta aquí es porque seguramente querrán saber lo que pienso de las razones por las que se da esta situación. Cosa que naturalmente voy a hacer. El paquete no se entrega porque a quien tenía que hacerlo, le daba igual. Era un señor o señora que sabe que no le va a penalizar el no hacerlo, seguramente porque detrás hay un sindicato que ampara los desmanes o la falta de responsabilidad que pueda cometer en su trabajo. El paquete no se entregó, además, porque la empresa responsable actúa casi en régimen de monopolio y más grave aún, no depende del beneficio de la empresa, ni del buen o mal servicio que de a sus clientes, pues es semi publica y como he dicho antes, las posibles pérdidas, nunca quebrara, las paga usted vía impuestos. Esto en cuanto al detalle de este caso en concreto. Generalizando diré, una vez más, que tenemos un modelo económico que no penaliza la mala gestión de las grandes empresas que generalmente actúan en régimen de monopolio (disfrazadas de oligopolios) muy especialmente las públicas y a su vez, un modelo de relaciones laborales que permite al trabajador la carencia absoluta de la mas mínima responsabilidad en la empresa para la que trabaja y de la que cobra, y al que, lo que no les otorga la ley, se lo acaba dando el juez. Continuará…