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Su falta de puntualidad y su falta de aplicación
En la pasada semana y tras su llegada a Palma de Mallorca para dar comienzo a sus vacaciones, a todos nos llamó la atención que el rey Felipe aprovechara un habitual posado veraniego con los periodistas para hacer un llamamiento a los partidos políticos con la clara intención de que hicieran todo lo posible por llegar a acuerdos y evitar unas elecciones.
Pero lo chocante del asunto es que Pedro Sánchez también hiciera lo mismo tras despachar con el Rey después de llegar 50 minutos tarde a su cita, una vez más el informal de Sánchez llega con retraso, otro, a una cita con el Rey. Y es chocante que Sánchez haya hecho lo mismo que el Rey porque es uno de los principales responsables de que la situación política esté como está. Que haya hecho eso sería como si un alumno se diera la vuelta a decir a sus compañeros de clase que hay que estudiar más después de haber recibido una reprimenda por lo mismo del profesor.
Sánchez vive instalado en aquello de que la culpa es siempre de los demás. Y una prueba de ello es que él no se da por aludido cuando les cae alguna de esas. Sencillamente mira para otro lado o comete la desvergüenza que cometió ayer: decirle a PP y Ciudadanos que hagan todo lo posible para que él, Pedro Sánchez, no pacte con el separatismo. Pedro Sánchez será el único responsable siempre de los pactos de gobierno que alcance. Es patético que culpe y responsabilice a los demás.
Es decir que por más indirectas que le lance el Rey, Sánchez no se da por aludido. Todas las esquiva y no da respuesta a ninguna. Sigue instalado en su caradura integral sumando días a un puesto que, aunque en funciones, a él ya le vale porque le da derecho a montar en el Falcon siempre que quiera.
