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Desde el inicio de este régimen y gracias al mandato de nuestra constitución, los sindicatos han gozado de un poder, impropio de un estado de derecho. No hay acto público, actividad social o tramitación de alguna ley en la que no participen los mismos, independientemente de que el hecho en cuestión tenga o no, algo que ver en materia laboral. El Gobierno propone, los sindicatos recomponen y la Patronal, algunas veces, se hace la foto. Desde el inicio del citado régimen, estamos pendientes de la aprobación de la “Ley de Huelga”.
Ni siquiera un presidente valiente como lo fue Aznar, fue capaz de enfrentarse a los sindicatos y eso después de haberlo hecho con ETA, pero no se atrevió a elaborar esa ley. Hoy los líderes de CC.OO. y UGT a pesar de no ser ya sindicatos mayoritarios, tras perder la confianza de los trabajadores -en muchos sectores por estar señalados con actividades corruptas en unos casos y por haber dejado claro en otros, que su prioridad no es el trabajador desfavorecido- siguen estando como actores principales en cualquier acto de relevancia nacional.
Un año más y durante las vacaciones veraniegas -la gente que trabaja, en muchos casos viaja- los sindicatos de las grandes compañías de transporte público; Renfe, Iberia y también Ryanair en huelga en las jornadas de la vuelta a casa. Sindicatos que cada vez representan a menos trabajadores pero que en muchos casos, se ven obligados a secundar sus actividades. A pesar de ello, nuestro gobierno les permite mantener esa situación predominante como interlocutor social. No tienen bastante con vivir a costa de los que trabajan sino que ya y por sistema, tienen también que joderles las merecidas vacaciones a los que con sus impuestos, los subvencionan.
Es increíble que en un estado de derecho, una minoría de privilegiados como son los sindicatos, puedan fastidiar de esta manera y en las fechas más claves para viajar de todo el año. Siempre piden lo mismo, aunque en muchos casos los medios lo silencian; más dinero y jornadas más cortas, lo que conllevará aumento de plantilla y que es lo que más les interesa, para colocar a quien ellos estimen “conveniente”. Así, cuando usted llegue a la ventanilla a sacar un billete, se encontrará buena parte de las mismas cerradas, largas colas y ya sabe… venga armado de mucha paciencia ¿Qué hay que subir el coste de los billetes por el exceso de gasto en personal? ya pagaremos los de siempre, ellos viajan gratis.
El pasado verano, la señora Teresa Rodriguez, gran defensora de estos colectivos pero al parecer bastante desconocedora de sus privilegios, se quejaba, no había huelga en ese momento, de que la mayoría de las taquillas de RENFE estaban cerradas. Al parecer esta señora desconoce que el Estatuto de los Trabajadores en España, obliga a que los trabajadores, disfruten al menos, la mitad de las vacaciones en Julio y agosto -A saber lo que dice el convenio laboral de RENFE, empresa pública en la que mandan los sindicatos- justamente cuando más actividad tiene. En un país con un paro estructural por encima del quince por ciento, en el que buena parte de la juventud con títulos académicos tiene que emigrar para poder trabajar o hacerlo aquí de forma más que precaria, para sustituir, en algunos casos, a los empleados públicos cuando se van de vacaciones, la prioridad de los sindicatos, no es mejorar la situación de los trabajadores más desfavorecidos, muy al contrario, su prioridad es aumentar los privilegios de los ya muy privilegiados.
Los sindicatos viven del dinero público, pues prácticamente no tienen afiliados, y los pocos que tienen, encima no pagan.
BASTARÍA CON CORTARLES EL GRIFO DEL DINERO PÚBLICO PARA QUE, PRÁCTICAMENTE, DESAPARECIERAN.
¡Y lo triste del caso es que hoy son más necesarios que nunca!