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Han pasado tres meses desde que se celebraron las últimas elecciones generales. En estos tres meses, el concepto o definición de la palabra “responsabilidad” en España, ha quedado vacío de contenido. Los que tienen en sus manos el futuro de este país, ha día de hoy, no han sido capaces de conformar un gobierno, y sin haberlo hecho, sin ruborizarse, se van de vacaciones. Eso sí, con todos los súper gastos pagados, irán a los sitios más caros y lujosos, y sin preocupación de ningún tipo. Habrán observado, lo bien que envejecen. Es lo que tiene este país, una casta política que jamás ha trabajado, si alguno lo ha hecho, se preocupará de no señalarse, para evitar perder el magnífico jornal que recibe por no hacer nada. Si alguno se fuera preocupado, no sería por el trabajo pendiente, más bien por asegurar el sillón.
Me acuerdo de Emilio Calatayud, el famoso juez de menores de Granada, que, aunque llena las salas en sus conferencias sobre incorrecciones políticas, el mensaje parece que no cala. En un escrito reciente decía que mientras que los padres no pongan limites a sus hijos, las “manadas” seguirán existiendo. No creo que exista mucha diferencia entre la falta de exigencia con nuestros niños y con la de nuestros políticos. Cualquiera que haya trabajado en una empresa, eso sí privada, sabe que sin producción no hay sueldo. Si hubiera sido un pequeño empresario, ese conocimiento, aún lo tendría mucho mas agudizado. Pero en general, no es el caso de los miembros que conforman el Congreso de los Diputados, si así fuera, al menos se hubieran ido con cargo de conciencia. Los numerosos filtros de los partidos, hacen casi imposible la llegada de estas personas al congreso, aunque alguno llega. Fíjense en lo que ha quedado el acto de honestidad y sinceridad del Juez Serrano, lo han dejado solo hasta los de su partido, aunque ahora, parece ser que le darán una segunda oportunidad.
He mencionado a nuestros niños y a nuestros políticos, los dos colectivos extremos de nuestra sociedad. En ambos casos con una carencia absoluta de responsabilidad. Los primeros formándose, los segundo, dando ejemplo a la sociedad. Es verdad que en política nadie dimite, pero no lo hacen porque nadie los presiona para que lo hagan. Es lo mismo que sucede en cualquier empresa pública, en cualquier organismo público, en la Justicia, en el ordenamiento del mercado. Todos los mecanismos existentes para fiscalizar lo anteriormente mencionado han sido colonizados desde la política. Somos los españoles un pueblo trabajador como el que más, un pueblo que siempre ha llevado allende nuestras fronteras e incluso a lo desconocido, lo mejor de nosotros. Un pueblo que siempre ha recibido con los brazos abierto a todo el que nos ha llegado de buenas maneras y todo esto, a pesar de nuestros gobernantes, en general siempre los peores. Siempre abusando de este pueblo, que siempre, ha tenido al enemigo en casa.