Entrevista de Quintero a Jesús Gil

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No tenía pelos en la lengua

HBO va a estrenar una serie llamada ‘El Pionero’ en la que se va a hacer un repaso por la vida de Jesús Gil. Gil, que falleció el 14 de mayo de 2004 fue genio y figura hasta el mismo día de su muerte.

Personaje excesivo desde que se hizo famoso con su entrada en el mundo del fútbol y su compra del Atlético de Madrid, no dejaba indiferente a nadie y se ganó muchos enemigos sobre todo tras su entrada en el mundo de la política. Viendo las cosas con el sosiego que da el paso del tiempo, los enemigos de Gil llegaron porque hablaba demasiado claro, por llamar a las cosas por su nombre y por no tener ningún tipo de complejo.

Todo esto lo dejó bien claro en una entrevista que concedió al programa que Jesús Quintero dirigía en Canal Sur. De los poco más de diecisiete minutos que dura esa entrevista no hay ni un solo minuto que tenga algún desperdicio. Gil hablaba claro siempre con cualquier pregunta que se le hiciera y se podía decir cualquier cosa de él, pero no se podía decir que no fuera sincero.

Llama la atención cómo reconocía las cosas sin pudor alguno cuando le preguntaba sobre el motivo de su entrada en la política: “Para vender mis pisos”. “Pero mis pisos y los de los demás, en Marbella no se vendía nada” y tras acceder él a la alcaldía “vendí todos mis pisos a millón el metro”. Y eso era criticado por una ministra, de quien no quiso dar su nombre, pero sí dijo de ella “¿será gilipollas? ¿Tan malo es querer crear riqueza?”

Entrevista de Quintero a Jesús Gil

También fue llamativa la limpieza que hizo en Marbella de delincuentes. Reconocía que había muchos delincuentes que llegaban a Marbella, robaban y se volvían a ir. Refiriéndose a uno de ellos afirmó “me dan ganas de decirle a los míos que hagan todo lo posible para que no vuelva andando”.

Tenía para todos, para los políticos, para los jueces… hasta tal punto que llegó a afirmar que España “no era un estado de derecho”. Volvió a reafirmarse en ello cuando al final de la entrevista afirmó: “La rabia que me voy a llevar al otro mundo es que creía que España podría ser mejor”. Merece la pena escuchar a Gil y ver cómo está la España actual. Gil no iba nada desencaminado.