Cristina FallarƔs insulta
Cristina FallarƔs

EstƔ histƩrica perdida

En un paĆ­s en el que los hombres espaƱoles son insultados a diario, los delitos cometidos por “manadas” de violadores extranjeros son silenciados y ocultados, existe una ley, como la injusta ley de violencia de gĆ©nero, por la que los hombres son considerados culpables de entrada, o se le da una importancia exagerada a una minorĆ­a como la de la comunidad LGTBI, en ese paĆ­s, todavĆ­a hay que aguantar a personajes que insultan, que injurian y calumnian como lo hace Cristina FallarĆ”s.

A personajes como ella, una histérica perdida que se inventan situaciones y persecuciones que no existen, todavía se le pagan un injustificado número de horas en las televisiones nacionales, en las radios o en columnas de periódicos. A un personaje que insulta día sí y día también a la mitad de la población española, que ve cosas que solo existen en su cerebro, todavía se le paga para que diga sandeces sin sentido y propias de una persona enferma.

Esta loca de atar, que lleva aƱos pasĆ”ndose de la raya y que suelta unas barbaridades que no son propias de una persona normal, ahora, en su histrionismo mĆ”s absoluto, se toma la “libertad” de insultar de una forma gravĆ­sima tanto a los votantes del Partido Popular como a los votantes de Vox.

Y así, como quien no quiere la cosa y como si fuera lo mÔs normal del mundo, el estercolero este con patas nos llama a todos machistas, xenófobos, misóginos y homófobos. Pero no solo se queda en eso, también va y nos dice, esta garrapata, que se caga en todos nosotros.

Muchos yogures con muchos bífidus se va a tener que tomar esta fantasma, esta degenerada para hacer todo eso. Aquí la única racista, homófoba, xenófoba y misógina es ella misma y con su propia mensaje queda retratada como tal. Porque hay que ser todo eso y mucho mÔs para hablar de esa forma de otras personas, solo por el hecho de que no piensen como tú.

Ante este vómito, la engreída esta se ha llevado la mejor de las respuestas, una auténtica lección de historia y un baño de cruda realidad.