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Para justificarse nos cuenta que fue un acto de protesta
En el día de ayer se hizo famoso un militante socialista asturiano. Se llama Sergio Álvarez es de Sariego y tiene 34 años. Y se hizo famoso porque fue descubierto como el dueño del culo peludo que se puso delante de la comitiva de Ciudadanos en el “Día del Orgullo Gay”, ese acto de “tolerancia” del que siempre se acaba hablando por eso, por lo “tolerantes” que son una buena parte de los que en él participan.
Y Sergio, que debe sentirse muy orgulloso por lo que ha hecho, ha justificado su actuación diciendo que era un “acto político, un acto de protesta”. Es decir que Sergio, que ha sido secretario de Relaciones y Cooperación Internacional en las Juventudes Socialistas de Asturias entre los años 2003 y 2007 y también ha sido Secretario de Organización, Comunicación y Acción Electoral en 2011 en el PSOE de su localidad natal, hace política “con y como el culo“.
Y yo me pregunto, ¿acto de protesta de qué? ¿Qué le había hecho esa gente? ¿Contra qué protestaba? ¿Tendría el valor de ir al Orgullo de Teherán y realizar un acto de protesta, ese sí que más que justificado, delante de algún Ayatollah? Pues no, obviamente no. Porque Sergio es uno de esos “valientes” que tanto abundan en España, de esos de “agárrame que lo mato”. Esos que van siguiendo la marea y se arriman siempre al sol que más calienta.
Yo he de decirle a Sergio que como votante de derechas que soy, he sido y seré toda la vida, me importa bastante poco con quien se acueste la gente. No es una pregunta habitual en mis conversaciones. No voy, me presento a una persona y le digo: “Hola, soy heterosexual. ¿Y tú? ¿Con quién te acuestas?” Y ojo, que yo para esta gente soy un auténtico facha de libro: hombre blanco, de derechas y padre de tres hijos.
Pero también soy mucho más tolerante que todos ellos porque no me meto en con quién se acuesta nadie. Ni pregunto, ni me preguntan en mi círculo más cercano, también de “fachas”. Es más, a mi círculo más cercano y a todas las personas “fachas” que conozco les importa bastante poco ese asunto.
Lo que sí nos importa es, por ejemplo, ver el peludo y desagradable culo de Sergio. Lo que nos importa, también, es no solo ver el culo de Sergio, sino ver otras muchas muestras más de mal gusto que se dan en ese “orgullo” del que tan poco pueden presumir. Y me importa por un motivo fundamental: porque ese espectáculo también lo pago yo aunque, ni esté de acuerdo, ni vaya a asistir nunca a él.
Y no estoy de acuerdo porque hace muchos años que eso ya no es necesario más que para llenar los bolsillos de muchos. Los homosexuales no solo son respetados en España, dominan muchos ámbitos profesionales en los que no dejan entrar a nadie que no lo sea, pregunten en la prensa rosa.
Pero aún así, si quieren seguir dándoselas de víctimas y organizando concentraciones todos los años, ¿por qué no se las pagan ellos? Y eso es muy fácil de contestar, si se las tuvieran que pagar ellos haría muchos años que ya no habría ninguna concentración del orgullo. Con pólvora ajena se dispara muy bien. Por tanto, un mensaje para Sergio y para todos los “Sergios” de España: Acostaos con quien queráis, pero no nos enseñéis el culo, marranos. Ah, y el próximo os lo pagáis todos los que vayáis a ir, tolerantes de todo a 100…
Es la mala educación en general entre los rabiosos y frustrados que se hacen de izquierda porque creen que la izquierda les mejorará su situación social. ¡Aviados van!