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“En el PSOE tenemos siempre la misma posición, con Bildu, no se acuerda nada. Nosotros compañeras y compañeros, el PSOE es el partido de la libertad y aquellos que hoy ensalzan a Otegui y le llaman hombre de paz, convendrían que recordaran las palabras de Ernest Lluc”.
Estas frases, pronunciadas por el secretario general del PSOE y presidente del gobierno Pedro Sánchez durante un acto celebrado en el Congreso, dirigiéndose a los suyos, contradicen claramente la postura adoptada el pasado miércoles por los diputados del Partido Socialista de Navarra, quienes propiciaron con su voto la presidencia de la cámara foral navarra para un representante de Geroa Bai, la formación homónima del PNV en la comunidad foral, incluyendo la presencia de Bildu con un representante en la mesa del parlamento.
Lo sucedido el pasado miércoles en Pamplona, es sin lugar a dudas uno de los acontecimientos políticos más graves que se han producido en la democracia española desde la aprobación de la Constitución de 1978, teniendo en cuenta que, en la misma, existe una disposición adicional cuarta, mediante la cual, sería posible la incorporación de la comunidad foral a la comunidad vasca, mediante referéndum.
Después del pacto del @PSOE con los proetarras de @ehbildu en Navarra, si yo fuera periodista pondría este vídeo en bucle cada vez que tuviera oportunidad. pic.twitter.com/NEDmdEzSyp
— Mi otro yo ?? (@Miotroyo2parte) June 20, 2019
La gravedad, se centra fundamentalmente en la presencia de la formación Bildu como parte de ese posible acuerdo de gobierno, en el que, incluyéndole en la mesa del parlamento, se abre la posibilidad de un apoyo a un gobierno conjuntamente con los homónimos del nacionalismo vasco y presidido por los socialistas, que a su vez podría propiciar la ayuda de esta formación abertzale a la investidura de Pedro Sánchez, tal y como sucedió en la moción de censura presentada hace un año por el secretario general de los socialistas.
Ni que decir tiene que esta posibilidad, que supondría de facto un grave riesgo para el mantenimiento de Navarra como comunidad foral, ha causado una tremenda conmoción en la sociedad navarra y también en la sociedad española, por la situación de aniquilamiento que podría suponer para Navarra cualquier intento de anexión de la misma en la comunidad vasca, a pesar de que las fuerzas constitucionalistas integradas en la coalición “Navarra Suma”, ofertaran su abstención en la investidura a la presidencia del gobierno . Como gesto de buena voluntad y de conciliación con Pedro Sánchez.
Si nos retrotraemos al hecho histórico de esta pretensión del nacionalismo vasco respecto a Navarra, en un artículo publicado por José Luis Nieva en Gaiak, señala “Casi siempre ha estado demasiado descompensada la relación que ha unido a los navarros con el vizcaíno. La alargada sombra de Arana, ha eclipsado el actuar de los euskaros, condenados frecuentemente al papel de prescindibles teloneros. Era como si antes del vizcaíno, solo existiera la nada y que él, a modo de Mesías, hubiese proclamado la verdad del nacionalismo vasco”.
Refiriéndose a Sabino Arana, José Luis Nieva cree que “la llegada de Arana, fue otro eslabón en la larga cadena de la defensa de lo propio. El, recogió y elaboró la larga herencia anterior, pero en esa elaboración las diferencias también fueron muchas. El pactismo de los euskaros (Navarra y Vascongadas unidas por pacto a la Corona de Castilla), iba en contra del independentismo de Arana; porque los navarros, siempre le concedieron mayor importancia al folclore, a la tradición o a la historia que el vizcaíno. La dimensión y el peso cultural de los navarros, fue en ese sentido mayor. Para ellos, la Patria, (lo navarro, lo vasco), se fundamentaba en la lengua y la historia, no en la raza, mientras que Arana, en su doctrina, tenía un poso más político”.
Lamentablemente, esta pretensión del nacionalismo vasco que se implantó en la comunidad foral en 1906 y que siempre ha sido y es residual, hasta que, en 1977, se constituyera la Mesa de Alsasua, formada por EHAS, ESB, ANV y EIA, con el objetivo de unificar a toda la izquierda abertzale con las siglas Herri Batasuna, con el objetivo de unificar a toda la izquierda abertzale de cara a las elecciones municipales, en las que defenderían un programa nacional de clase, con Navarra incluida; coincidiendo en no aceptar ningún estatuto autonómico anterior a esas elecciones, elaborar un programa democratizador de las instituciones, el reconocimiento de una Euskadi peninsular, con el objetivo de una Euskadi libre, reunificada, socialista y euskaldún y hacerla compatible y extensible a partidos estatales de izquierda, coincidentes con el programa. La Mesa de Alsasua, fue desde el 27 de abril de 1978 Herri Batasuna.
Conocidos estos datos históricos, uno se pregunta cómo es posible que, desde una formación política de ámbito nacional, por el mero hecho de mantenerse en el poder, puede aceptar estos términos del nacionalismo radical vasco, que supone el aniquilamiento de una comunidad foral, enraizada históricamente y políticamente a España tanto antes como después de la Constitución de 1978.
Confieso que no quiero emitir opiniones, porque mi doble condición de vasco y de navarro, no me genera duda alguna sobre la pretensión del aniquilamiento de Navarra desde el nacionalismo vasco, sino una profunda tristeza y rabia, aderezada de impotencia teniendo en cuenta que quienes deberían defender la existencia de la comunidad foral, de sus derechos históricos y de la esencia de lo que supone “la Navarridad de Navarra”, son los que están dispuestos a entregar esta comunidad a sus principales enemigos, tanto en la supervivencia cultural, política, económica, en contra de sus propios ciudadanos, quienes mayoritariamente, han votado en favor de la Constitución, de España y de una Navarra Foral rica en su personalidad, amante de sus tradiciones y sobre todo leal con su existencia como pueblo integrado en España.
Como siempre, “VIVA NAVARRA FORAL Y ESPAÑOLA”.
La maldad y la ambición de este “elemento” está condicionada por su capacidad como persona. La responsabilidad de sus votantes es quizás más ambigua que la suya propia y tendrían que hacersela mirar.
Socio de separatas y proetarras. Pero no es Sánchez, es el Psoe que está ha decidido desgajar España, y la sociedad española está en un limbo informativo sin enterarse de ello. Déjense de echar la culpa a Sánchez y ZetaP, están ahí porque los traidores a España del Psoe los ponen ahí.