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Tomando como objetivo la aprobación de los presupuestos generales de la comunidad autónoma vasca correspondientes a 2019 y ante el atasco de los mismos generado por la espantada de Bildu en su aceptación, el PNV y el PSE han dado por amortizada la reforma del Estatuto de Autonomía, que a modo de ponencia, venía elaborando una comisión del Parlamento Vasco desde el 4 de Septiembre de 2018.
La razón de la “amortización “ de esta ponencia de reforma estatutaria, se fundamenta en la intención de que el PP que preside Alfonso Alonso, pueda aprobar las cuentas vascas antes de la finalización del presente año, aunque no se descarta que en este intervalo y como consecuencia de la fortaleza del nacionalismo vasco en las urnas, dado que se ha convertido en la fuerza hegemónica del P. Vasco, al ser la mayoritaria tanto en ayuntamientos como en las diputaciones forales, se pudieran convocar elecciones autonómicas entre octubre del presente año y febrero de 2020.
Aunque el líder popular vasco podría aceptar negociar estos presupuestos con los dos partidos de gobierno, ha advertido que en el caso de que el nacionalismo vasco apoye a Bildu en Navarra, este acuerdo será imposible con el actual gobierno vasco.
Casualmente se conocía en el día de ayer por boca del presidente de los populares Vascos que a partir de septiembre determinarán cuál es el concepto de los populares Vascos, decidido desde el propio P. Vasco.
En esta ponencia estatutaria que ha sido aparcada para buscar el apoyo de los populares, en el documento-ponencia que hoy publicamos en El Diestro en su integridad, se tocan distintos aspectos del relato de la sociedad vasca, que han resultado polémicos, como es el hecho de la distinción entre “ciudadano vasco” y “ciudadano”, o expresando la necesidad de que el P. Vasco este representado entre otros en distintos organismos e instituciones europeos.
Esta ponencia sin lugar a dudas polémica y que ha merecido la presentación de un voto particular desde las filas populares, parte de unas bases acordadas por parte del PNV y Bildu, es netamente soberanista, aunque poco antes de las elecciones del pasado 26 de mayo, la izquierda abertzale decidió abandonarla, para presentar un documento propio tanto con texto político como con articulado.
No podemos olvidar que como pago al apoyo de los nacionalistas Vascos a la moción de censura de Rajoy, el PNV negoció con Pedro Sánchez el traspaso de una treintena de competencias autonómicas que quedaron paralizadas ante el adelanto de las pasadas elecciones, pero que pueden volver a ser punto clave de negociación para que se produzca el apoyo del nacionalismo vasco a la investidura del nuevo presidente del gobierno español.
En definitiva y una vez más a pesar de su debacle electoral en el P. Vasco, el PP de esta comunidad podría convertirse en “el salvador” de las dificultades de los nacionalistas y socialistas vascos, a pesar de la imperiosa necesidad que tiene Pedro Sánchez de recibir el apoyo de los diputados jeltzales en Madrid para alcanzar la presidencia del gobierno, haciendo que el nacionalismo sea socio del gobierno en Madrid, cogobernando con el socialismo vasco en Vitoria y teniendo de partenair a los populares Vascos como muleta para sacar adelante sus presupuestos a muy poco tiempo de unas elecciones autonómicas, con lo que en cualquiera de los casos, saldría netamente beneficiado.
BASES-CONSENSUADAS-NUEVO-ESTATUTO-Y-VOTOS-PARTICULARES-PRESENTADOS