Eulogio Gómez Franqueira ETA
Eulogio Gómez Franqueira junto a su esposa, Sofía Álvarez

Eulogio Gómez Franqueira, maestro, empresario y político español

Eulogio Gómez Franqueira era un empresario y diputado de UCD gallego. Vicepresidente de UCD en Galicia sufrió un intento de secuestro en el año 1980. Un comando etarra formado por seis personas, cinco hombres y una mujer, accedía a la casa de Gómez Franqueira sobre las diez y media de la noche para exigirle que les diera veinte millones de pesetas.

Gómez Franqueira se negó y entonces le dijeron que se tendría que ir con ellos. Cuando Gómez Franqueira se encontraba en su habitación cambiándose de ropa, cogió un revolver que tenía oculto y disparó e hirió al que parecía ser el jefe del comando. En ese mismo momento el resto del comando la emprendió a tiros contra Gómez Franqueira sin éxito, puesto que el empresario aprovechó el momento de confusión generado por su disparo para apagar la luz de su habitación y lanzarse al suelo para de esa forma protegerse entre dos camas.

Los etarras huyeron en coche llevándose al jefe del comando con una herida en el cuello. el herido fue finalmente detenido al día siguiente porque el comando había pedido ayuda médica por teléfono a la residencia de la Seguridad Social de Vigo.

Gomez Franqueira había nacido en Cenlle el 6 de junio de 1917 y murió en Orense el 20 de abril de 1988. Gómez Franqueira relató su intento de secuestro a los periodistas de la siguiente forma: “Estas cosas nunca se piensan que le van a suceder a uno. Obré con frialdad y realismo más que con miedo a la situación y no creo que mi serenidad y actuación fuese por ser valiente, lo que hizo fue valorar lo que podía perder“.

Gómez Franqueira fue un claro ejemplo de lo que sucedía con los cobardes etarras cuando se les plantaba cara. A pesar de que el comando que intentó secuestrarle estaba compuesto por seis personas, cuando su acción era repelida por la víctima tal y como lo hizo por aquel entonces Gómez Franqueira, y alguno de los terroristas acababa herido, estos salían huyendo como auténticos cobardes.