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Cuando faltan escasas horas para que finalice el periodo de pactos de ayuntamientos, puesto que por ley se conformarĆ”n a partir de las doce del mediodĆa de hoy, todo parece indicar que la configuración de los mismos, hace netamente ganador al bloque de la derecha, especialmente al PP, al haber encabezado la mayorĆa de los ayuntamientos en los acuerdos de gobierno.
AsĆ, ciudades como Santander, AlmerĆa, Zaragoza, Murcia, Teruel, junto con Madrid ademĆ”s de la posibilidad de que Badalona pudiera seguir ese camino ante el rechazo de las bases de ERC al candidato socialista, lo que darĆa la alcaldĆa al popular Xavier GarcĆa Albiol, provocarĆan que la formación que lidera Pablo Casado, saliera fuertemente reforzada tanto de los pactos de gobierno, como de su afianzamiento en el liderazgo de los populares, a pesar de haber tenido unos malos resultados en las generales y netamente mejores en las municipales y autonómicas del pasado 26 de Mayo.
Esta situación que hace claramente fuerte al PP como el primer partido del centro derecha y con mayor implantación territorial tanto del bloque como en el conjunto de la nación, cambia claramente la perspectiva de un partido popular en declive y refuerza no solo sus posiciones, sino que beneficia claramente al presidente del partido, quien ha acertado de pleno en su polĆtica de pactos, encabezados por el secretario general de la formación Teodoro GarcĆa Egea.
Pero si refuerza al PP, el atisbo de crisis se traslada por los resultados de las negociaciones, asĆ como por la composición de los pactos hacia la formación que encabeza Albert Rivera, Cs, quien, para tocar poder, ha tenido que pactar con los socialistas en Badajoz, estar gobernando en Huesca en franca minorĆa en la corporación, dependiendo de sus socios del bloque de la derecha, lo que tambiĆ©n ha pasado en Burgos, como compensación al casi seguro acuerdo para la gobernación con presidencia popular de la comunidad autónoma de Castilla y León. Ćnicamente ha sido en Castilla la Mancha, en donde Cs ha pactado de distinta manera, en esta ocasión con el PSOE, para quedarse con algunas capitales de provincia repartidas en dos aƱos de gobernabilidad con los socialistas que preside Page en la región y que gobernarĆ” la comunidad autónoma con una amplia mayorĆa.
Precisamente este modo de pactar de Cs ha generado crĆticas durĆsimas desde el interior de la formación naranja hacia su lĆder como es el caso de una carta dirigida a Albert Rivera por uno de los fundadores de Cs, como es Francesc de Carreras, quien ha tildado al actual presidente ācomo un niƱo caprichosoā, recriminando la posición del partido respecto a los pactos municipales pero en especial el correspondiente al gobierno de la nación, en donde le reprocha que su no ayuda a SĆ”nchez, supondrĆa que el gobierno estuviera dependiendo del independentismo catalĆ”n.
TambiĆ©n Cs ha recibido una seria advertencia del presidente francĆ©s Manuel Macrón, quien ha lanzado una advertencia a la formación naranja respecto a su colaboración en Europa, si persiste en la actitud de pactar con Vox, lo que puede suponer una injerencia en los asuntos internos de gobernabilidad de EspaƱa por parte del presidente francĆ©s, aunque sea el dirigente del grupo europeo en el que estĆ” integrada la formación de Albert Rivera, lo que no tendrĆa sentido dado que supera sus competencias en el devenir del lobby europeo en el que ambos estĆ”n integrados.
En definitiva, cabe decir que si bien en la noche electoral, parte del mapa electoral territorial se teƱĆa de rojo, los resultados de los pactos, acuerdos y coaliciones, han cambiado claramente el color de los ayuntamientos hacia el azul, al igual que algunas de las comunidades autónomas, dĆ”ndose el caso que el PP mantiene sus feudos emblemĆ”ticos de Madrid, Castilla y León junto con Murcia como gobiernos autonómicos y recupera ciudades como Zaragoza, Teruel, Madrid, posiblemente Pamplona, haciendo del Partido Popular un claro beneficiado y a Pablo Casado el lĆder incontestable del centro derecha espaƱol, con capacidad de mando y con la fuerza de los resultados, para iniciar la transformación que los populares necesitan para intentar gobernar EspaƱa en el periodo de tiempo mĆ”s corto posible.