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La historia de la Iglesia ha dado numerosos testimonios de fidelidad a Cristo, sin embargo, el más eminente fue el de una joven doncella judía desposada con un carpintero, la cual tiene muchos títulos: Virgen pura, madre de Cristo o arca de la alianza, todos acompañan a su nombre: María.
¿Como imitar este excelso ejemplo? ¿Cómo con el mismo estar más cerca de su Hijo? ¿Qué hacer para que sonría la esposa de San José?
Aquí les dejo algunas formas:
- Cuando permitimos ser instrumentos del Espíritu Santo, dejando que éste nos una a Cristo y por ende a la Verdad, ella sonríe.
- Cuando nos encomendamos a Jesús con plena confianza de ser atendidos, ella sonríe.
- Cuando amamos a Jesús por encima de todas las cosas, ella sonríe. Mateo 22:37
- Cuando en la tribulación ponemos en Él toda nuestra confianza, ella cruza con nosotros el valle de las sombras. Salmos 23:4
- Cuando tenemos fe en su sangre expiatoria, María contempla con nosotros la cruz que trajo la Redención. Juan 19, 25-27
- Cuando confiamos que la mano firme de Dios nos preserva de todo mal, ella sonríe. Salmos 20:6
- Cuando nos arrepentimos de nuestros pecados y confesamos las culpas, ella sonríe.
- Cuando evangelizamos, ella nos sonríe.
- Cuando edificamos la Iglesia de su divino Hijo, ella nos sonríe.
- Cuando rezamos el padre nuestro, ella sonriente dice con nosotros: Amén.
- Cuando somos puros de corazón (Mateo 5:6) por la gracia que sólo su Hijo nos da, (hebreos 4:16) ella sonríe.
- Cuando oramos el Magníficat, ella nos sonríe. Lucas 1: 46:55
- Y cuando expiremos, si hemos sido fieles a Cristo, veremos su sonrisa, para alabar y glorificar con todos los santos a Aquel que sólo debe ser adorado. Deuteronomio 6:13
No dejen que su sonrisa se borre, hagan como ella y digan: Hágase en mi según tu palabra. Lucas 1:36
Los animo a escuchar el Magníficat del gran Johann Sebastián Bach:
