Pedro Sánchez Josu Ternera
Pedro Sánchez y Josu Ternera

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Y no se le cae nunca la cara de vergüenza…

Aunque a nosotros no pueda parecernos nunca una virtud hemos de decir que la capacidad que tiene Pedro Sánchez para el descaro nos causa incluso una cierta admiración. Para poner en marcha su moción de censura, y así conseguir desbancar a Mariano Rajoy y convertirse en presidente del gobierno, no dudó en aceptar el apoyo de cualquiera.

Le ha dado igual gobernar gracias al apoyo de separatistas golpistas, de comunistas defensores de la dictadura venezolana, o de los proetarras de Bildu. Y lo ha hecho sin que en ningún momento se le cayera la cara de vergüenza ni cuando montaba en el Falcon, ni cuando se bajaba de él.

Tras la detención de Ternera en el día de hoy, tampoco ha tenido problema alguno en ponerse “estupendo” y en enviar incluso un “abrazo” a las víctimas del terrorismo. Un abrazo que se ha pasado todos estos meses anteriores por el arco del triunfo que, en el caso de Pedo Sánchez, más que un arco parece un agujero negro.

Y este lenguaraz, este descarado lo hace como siempre, como si nunca hubiera roto un plato. Como si no hubiera existido en Nochebuena una fotografía de la vergüenza de la líder del PSOE en Vascongadas cenando tranquilamente con el colega y defensor de Ternera, Arnaldo Otegi.

Y ahora llega el tipo más descarado y con más falta de vergüenza que hay de estrellas para abajo, y lanza un mensaje a las víctimas del terrorismo, un abrazo, como si las víctimas del terrorismo y todos los españoles fuéramos tontos y tuviéramos menos memoria que un pez. Pero, a pesar de ello ahí sigue como si nada. Como si la cosa no fuera con él, como si él tuviera una especie de bula para hacer lo que le diera la gana sin responsabilizarse de sus propios actos.

Y ahí sigue porque muchos como él le han votado. Gente a la que le da igual ocho que ochenta y que merecería sufrir las consecuencias de cuatro años de Pedro Sánchez directa y exclusivamente en sus propias carnes.