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España vive hoy uno de los momentos que quedará grabado en las retinas de todos los españoles. Hoy, España, da un paso más hacia la ruptura y la concesión que el gobierno socialista de Pedro Sánchez comienza a allanar desde el minuto uno.
La designación de Meritxel Batet como presidenta del Congreso de los Diputados, es la muestra clara de lo que está por venir en cuanto a convivencia se refiere. Ver a los presos golpistas ocupar un escaño, no tendría cabida en cualquier nación seria, pero en esta España irreconocible, las reglas del juego se amplían hasta límites insospechados.
Nadie puede poner en tela de juicio, el tufo que desprende el arrebato catalanista de Pedro Sánchez al designar como presidentes de ambas cámaras a miembros del PSOE catalanes, pero claro, el Sr. Sanchez argumentará cualquier cosa antes de reconocer su primera bajada de pantalones delante de los que presumiblemente lo hagan presidente.
Pero no sólo se inicia la cuenta a atrás hacia el despliegue de concesiones como decimos, se pone en marcha la legislatura de la bancarrota, del despilfarro económico al que los gobiernos socialistas nos tienen acostumbrados y que puede romper récords en los años venideros gracias al desgobierno que en las próximas semanas se intentará conformar cuando Felipe VI otorgue el mandado de buscar apoyos al líder socialista.
Lo que está por venir es peligroso. Es quizás uno de los puntos de inflexión en España y que quedará marcado en los libros de historia sin duda alguna, como la legislatura que cambió la esencia intocable de España a base de las presiones de independentistas y dejadez de los socialistas.
Lo que es verdaderamente vergonzoso es que diputados que van contra España cobren de todos los españoles. Ya es el colmo de la desidia.