Josele Sánchez

Los Sistemas podridos no toleran a los hombres íntegros. Los hombres íntegros acusan la estable solidez de las piedras. Las piedras son firmes, compactas, y siempre están en su lugar; las piedras, como los hombres íntegros, no se tuercen ante las maniobras capciosas que propugna el Sistema: máxime si ese Sistema está podrido, de la raíz a la médula.

La inaudita persecución a la que está siendo sometido Josele Sánchez (mientras verdaderos criminales se pasean por nuestra Patria con total impunidad) no va destinada sino a menoscabar la dignidad del profesional independiente y no vendido al Poder fáctico, como Josele Sánchez, un hombre íntegro dedicado en cuerpo y alma a su oficio de periodista, escritor y poeta.

Así, por medio de los más caprichosos formalismos, se consuma una DOBLE AMENZA para todos los trabajadores íntegros del mundo del periodismo y la escritura: una doble amenaza devenida DOBLE DESLEGITIMACIÓN del oficio, desde el mismo momento en que el grueso de los profesionales del auditorio calla, y traga, ante la persecución de este periodista y escritor íntegro: Josele Sánchez Juan.

Ni que decir tiene que esto es una verdadera amenaza a los valores de la democracia, la sacrosanta Diosa Democracia que los voceros de la demagogia y la mentira cantan alegremente… mientras el Occidente Cristiano, mientras España, se derrite como amorfa masa presta a perderse para siempre por el sumidero de la Historia.

Esta doble deslegitimación no nos ofrece dudas al respecto, pues entraña:

  • La deslegitimación del oficio de periodista: el periodismo legítimo no puede estar al servicio del Poder y sus coyunturas impuestas, sino de la libertad de conciencia de sus fautores (los legítimos periodistas), que es la libertad de expresión vehiculada a través de la libertad de prensa: su esencial autonomía (en tanto Cuarto Poder actuante) presupone esa sana libertad de poder informar, pero también opinar, sobre las más peregrinas cuestiones sociales, políticas, económicas y filosóficas, incluso cuando éstas sean contrarias a los intereses del Sistema, de los diversos lobbies protegidos por éste, e incluso de poderosísimas personalidades de carne y hueso concretas.
  • La deslegitimación del oficio de escritor: en aras al discurso dominante de la corrección política, todas las palabras pasarán a ser miradas con lupa, censuradas, borradas del diccionario: una pérdida progresiva de la expresión, de las policromías más crudas y visuales que sólo la lengua de Cervantes permite cuajar sobre el papel inmaculado; ni Quevedo, ni Lope de Vega, ni el bueno de Espronceda, lograrían pasar hoy los filtros de tan aciaga obra de “ingeniería literaria”.

La postura (el vacío) que está adoptando el grueso del oficio periodístico ante el “caso Josele Sánchez” les está saliendo a algunos victoriosa, DE MOMENTO, pero no les quepa la menor duda que esa misma postura, tarde o temprano, SE LES VOLVERÁ EN SU CONTRA. Y es que ese silencio mediático, ante un grave caso de persecución al periodismo como es el presente, les DESLEGITIMA (a ellos) para ejercer su propio oficio.

Cuiden bien nos les vaya a pasar como al Pastor mentiroso de la fábula, que cuando apeló a la Verdad, nadie lo creyó.