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Me topo en La Razón con un siguiente titular que dice «Iceta: “Sería un grave error dejar pasar la oportunidad de tener a un catalán al frente del Senado”». Un claro ejemplo de la superioridad moral de los catalanistas.
Porque si la izquierda, en general, se considera moralmente superior al resto de los mortales, los catalanistas van de nivel Dios por la vida. Se define Miquel Iceta como socialista, catalanista, federalista, dialogante y apuesta por la solución política al problema catalán.
Pero lo que me ha llamado la atención es eso de que sería un grave error dejar pasar la oportunidad de tener a un catalán como presidente del Senado. ¿Y por qué tiene que ser catalán?, ¿no puede ser canario, gallego o murciano? ¿Es que por el hecho de ser catalán tiene cualidades especiales?, ¿es que tiene más capacidad que el resto?
Y lo peor de todo es que habrá quien aplauda sus palabras y crea que Miquel Iceta lleva razón. Pero colocando a un catalán como presidente de la Cámara Alta no se solucionan las cosas, no se arregla nada, al contario, parece más una forma de claudicar ante el catalanismo, ante los que dicen que la solución al “problema catalán” es convovar un referéndum de autodeterminación, todo ello con el único objetivo de continuar al frende de La Moncloa sin problemas…
