nadal

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Las noticias suelen correr tan deprisa, en estos tiempos de endiablada velocidad, que -a veces- cuando llegan al destinatario ya son historia pasada. Y si esas noticias se producen en tiempos electorales, lo de años luz nos parece una bagatela antediluviana. Debido a esta ley que nadie ha propuesto, discutido o promulgado, hay que estar muy al tanto de los medios de comunicación, para que cuando vayas a la tertulia de las cuatro de la tarde no te ridiculicen los contertulios ante tu comentario que goza ya de una obsolescencia vertiginosa. Ante esta realidad que nadie podría discutir, sería -creo yo- más prudente esperar a que hayan pasado unos días de los acontecimientos que quieras comentar para aplicarle el grado de serenidad que precisan.

Por eso no escribiré sobre las elecciones del próximo domingo hasta unos días después. Ahora quiero felicitar a Rafael Nadal, el mejor deportista español de todos los tiempos. Y lo hago tras alcanzar un rotundo triunfo en la final del Masters 1000 de Roma, ante el número uno del mundo, a quien doblegó por un total de 16 juegos a 7. Aunque algunos agoreros ya hablaban previamente de que debía retirarse porque había perdido alguna final o semifinal anterior.

Para el que no sepa mucho de tenis hay que decir que muchos grandes profesionales de este deporte no tienen más allá de un par de títulos y Nadal ha superado ya los 90, siendo el segundo o tercero en la historia de este deporte que consigue esta hazaña. También es preciso recordar que las finales que ha perdido (siendo por tanto subcampeón) se elevan a más de 40.

Y lo han sido en su mayoría ante Federer o Djokovic. Y a modo de pronóstico, creo que -si le respetan las lesiones- todavía le queda cuerda para rato y seguirá demostrando su categoría, deportividad, preparación y patriotismo por todas las pistas del mundo.