¡Por fin ya está todo el pescado vendido! Eso dicen los hombres y mujeres de la mar de mi hermoso Laredo, ahora que estamos en plena costera del “bocarte”, cuando después de la subasta, ven desfilar miles y miles de cajas de dicho pescado hacia los distintos puntos de venta al consumidor o fábricas de conservas, para ir pensando en otra jornada de trabajo, que les ayude a mejorar sus economías y su situación delicada, después de un largo invierno, en donde aunque no ha faltado de comer en la mesa, se han notado estrecheces más de las habituales, porque la mar es un oficio duro, difícil y sacrificado.
Pues algo parecido nos pasa a los españoles en estos ocho meses de incertidumbre, preocupación, mentiras y falsas expectativas de buen gobierno, desde que, pasada la moción de censura, un personaje como Pedro Sánchez, que ni tan siquiera era diputado en el congreso, pero si secretario general de los socialistas, accediera a la presidencia del gobierno, mediante una moción de censura, apoyada por nacionalistas vascos y catalanes, independentistas, Podemos y lo que es peor, por los diputados de eso tan mal sonante como Bildu por lo que son y por lo que representan, lo peor de la política española. A pesar de todo, ya ha llegado la hora de decidir, la hora de acordarnos de esa canción de la transición que se hizo realidad y que decía: “Habla pueblo habla, tuya es la palabra”.
Ya ha llegado la hora de hablar y este domingo, millones de españoles tenemos el destino en nuestras manos, para elegir quienes van a ser aquellos que, en los próximos cuatro años, van a comandar los destinos de esta nuestra España, demasiado tensionada, preocupada por su futuro no solo económico y político, sobre todo, con ganas de salir para adelante, buscando la prosperidad, una mejor vida para nosotros y nuestros hijos y lo que todos queremos, una tranquilidad para remontar dificultades que nos han venido o nos pueden venir por la acción de quienes nos gobiernan.
Como recordatorio para poder ejercer ese derecho sagrado al voto, me permito recordar a quienes me lean que se acuerden de los debates televisivos que acabamos de vivir, empezando por la falta de uno de ellos para la confrontación de ideas entre los dos líderes que pueden ser los presidentes del gobierno. Tampoco nos olvidemos de quien no cuenta la verdad respecto a cuáles son sus intenciones de pacto para mantenerse en el poder, o quien utiliza un documento de un particular, como si fuera un documento oficial de la Junta de Andalucía, para decir algo que no es real y engañarnos a los españoles. ¿Quién hace esto en una cita tan importante como es un debate ante los españoles, que no hará en el secreto de los pactos para la consecución de gobierno? Miedo me da pensarlo.
Al principio de la campaña y teniendo en cuenta que una de mis máximas es eso de “la verdad os hará libres”, me definí claro partidario de Pablo Casado como la persona en la que deposito mi confianza a la hora de ser presidente del gobierno, porque creo que con su proyecto de nuevo estilo en un partido que se está renovando no sin dificultades, se concentra la honradez de sus candidatos a la hora de plasmar la capacidad de gobierno demostrada siempre con los populares, con un equipo experimentado formado por personas de antes, junto con importantes incorporaciones que pueden garantizar una buena gestión de gobierno y sobre todo, con unas nuevas maneras de trasparencia, servicio público, vistas por un líder de una nueva generación que analizando sus actos, sus intervenciones, es la evidencia de un impulso de futuro y prosperidad para nuestra España.
Por eso, creo que es importante llenar de votos las urnas, porque en estas elecciones, nos jugamos mucho más que el mero gobierno de la izquierda o de la derecha. Nos jugamos un espíritu marcado por una constitución consensuada por todos los españoles en 1978, en donde desde la concordia, decidimos estar unidos en un proyecto común llamado España y que corre peligro porque algunos quieren destruirla desde la vulneración de sus leyes, la ruptura de la convivencia y lo que es peor, la discriminación de parte de los ciudadanos de esos territorios por no pensar como ellos.
Solo un gobierno fuerte, respaldado por las urnas y desde la sociedad por todos los españoles, puede ser capaz de afrontar los desafíos a los que nos encontramos, pero siempre desde la sensatez, la realidad, desde el planteamiento de medidas factibles y posibles, pero sobre todo, capaz de contar la verdad a los españoles, para que con esa fuerza que nos ha caracterizado desde el inicio de la democracia, llevemos a nuestro país a esas cuotas de vigor y prosperidad que merece y merecemos.
Aquí no vale corazón que evite la realidad de pensar con la cabeza, porque un paso equivocado y podemos perder esa batalla de la prosperidad, de la tranquilidad y sobre todo, de ese proyecto unido y consensuado que todos debemos guardar y que está protegido desde la constitución y la democracia, que conocemos como nuestra España.
Por eso todos a votar, en las tierras vascas para que acabe ese supremacismo existente y el odio a lo español, en Cataluña para que vuelvan a la cordura, en Andalucía para que esos pasos que parece que empiezan a verse de un cambio real, se consoliden, mientras que en esa Navarra tan española, nadie pueda quitarle su condición de reino y comunidad foral, al igual que en Asturias, la gran olvidada por todos, como también lo es Extremadura, pero sin olvidarnos que en las dos Castillas, se necesita un buen impulso o de esa Valencia mediterránea, que también está en riesgo de pan catalanismo. Ni que decir tiene que Murcia con su prosperidad consolidada y Cantabria, con su crisis estructural o esa Galicia fuerte y bien gobernada, junto con Aragón, Canarias, La Rioja, Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla, todos tenemos el derecho a elegir a nuestros gobernantes, pero la responsabilidad de hacerlo con cordura y lucidez.
Simplemente amigos, habla pueblo habla que tuya es la palabra y en mi caso, confiar en que lo que sea será para que todos estemos orgullosos de lo que somos, elegimos y necesitamos.