Cuando se dirigía a su casa a comer
Eran aproximadamente las dos y media de la tarde del 24 de abril de 1997 cuando Luis Andrés Sampeiro Sañudo, inspector de Policía, se dirigía a su casa del barrio de Deusto en Bilbao a comer. Era miembro del Grupo de Estupefacientes de la Brigada de Policía Judicial del Cuerpo Nacional de Policía y era muy poco habitual que volviera solo a casa. Se sabía objetivo de ETA y siempre se trasladaba a su domicilio en coches camuflados y no solía salir del portal hasta que algún coche fuera a recogerle.
Cuando estaba llegando al portal de casa, dos etarras se acercaron por su espalda y dispararon un tiro a escasos centímetros de su nuca que le atravesó la cabeza. Los etarras huyeron a pie y amenazaron a varias adolescentes que se encontraban en las inmediaciones, conminándolas a que se taparan la cara para que no pudieran reconocerlos. Al llegar a una bocacalle próxima se montaron en un Renault 19 conducido por otro terrorista. El vehículo fue abandonado poco después a un kilómetro de distancia del lugar en el que se produjo el asesinato de Luis.
Cuando Luis fue disparado, su mujer, María Ángeles Carmona, estaba en casa comiendo con sus hijas y describió el momento del asesinato de su marido de esta forma en la película Trece entre mil (Iñaki Arteta y Alfonso Galletero):
Yo estaba en mi casa dando de comer a mis hijas. Estábamos comiendo el postre y de repente hizo “boom”, aquello resonó por la escalera como… Se paró el corazón ¿sabes? (…) Eché a correr hacia la primera ventana para asomarme y vi tirado en el suelo a mi marido. La calle absolutamente vacía, no había nadie (…) Dije: ‘María Ángeles, tienes que ayudarle’ (…) y no sé cómo ni de qué manera cogí el teléfono y marqué un número de teléfono para que me mandaran una ambulancia (…) Mis hijas me preguntaban: ‘Mamá ¿qué ha pasado?’ (…) ‘Nada, hijas, que papá está herido, no pasa nada’. Colgué el teléfono y dejé a mis hijas solas y les dije: ‘No os asoméis a la ventana’ y bajé a ver a mi marido. Cuando le vi me di cuenta que estaba muy mal.


Uno de los autores del asesinato, el etarra Óscar Barreras Díaz, había estado sometido a vigilancia por parte de la Ertzaintza desde hacía varios meses, lo que no impidió que cometiera el atentado. Fue detenido pocas horas después, el 25 de abril, y condenado en 1999 a 27 años de reclusión por el asesinato de Luis, y a 8 años por un delito de pertenencia a banda armada. Según contó El País, citando fuentes policiales, Barreras fue detenido al salir de una herriko taberna. Cuando los agentes le informaron de los cargos que pesaban sobre él, perdió el control, y se orinó y defecó encima. Hasta el momento de su detención, no constaba que este valiente asesino tuviese relación con ETA, aunque sí estaba controlado por su participación en altercados callejeros, su relación con Jarrai y Gestoras Pro Amnistía, y porque estaba cumpliendo una condena de dos años en la cárcel de Basauri por declararse insumiso al servicio militar. Estaba ya clasificado en tercer grado penitenciario y asesinó a Luis Samperio aprovechando un permiso de siete días.
El otro supuesto autor material del atentado, Salvador (Gaizka) Gaztelumendi Gil, alias Andoni, no pudo ser juzgado pues falleció en un enfrentamiento con la Guardia Civil en Bilbao en septiembre de 1997, en el que también murió otro integrante del grupo Vizcaya de ETA, José Miguel Bustinza Yurrebaso, alias Ivan. Ambos tenían sobre sus espaldas un gran número de asesinatos y eran del núcleo duro del grupo Vizcaya. Bustinza Yurrebaso, por otra parte, fue de los etarras que, tras ser deportado a Cabo Verde en 1989 y pasar una temporada de “descanso” en su actividad criminal, volvió a reintegrarse en un grupo operativo de la banda terrorista.
Luis Andrés Samperio Sañudo tenía 37 años. Había nacido en Santiago de Cartes, pero se había criado en Los Corrales de Buelna (Cantabria).
D.E.P. Luis Andrés Samperio Sañudo, inspector de Policía asesinado por ETA en Bilbao el 24 de abril de 1997.