Estos días se han publicado los datos del absentismo laboral en España del pasado año. Nos dicen que un millón de personas cada día del año no asistió a su puesto de trabajo. Evidentemente entre los que faltaron; la mayoría de ellos fueron bajas por enfermedad, por accidentes algunos menos, y el resto por razones ajenas a la salud.
AMAT (Asociación de mutuas laborales) nos dice que estas faltas traducidas a productividad conllevan a menos setenta mil millones de euros en el producto interior bruto, mas-menos lo que costó el rescate de los bancos, perdón de las cajas de ahorro, que fue de sesenta mil millones. El coste extra, a pesar de pagar las cuotas a la Seguridad Social, para las empresas fue de siete mil millones. Coste que al parecer pasa desapercibido para los agentes sociales, ninguno los tiene en cuenta a la hora de valorar la problemática empresarial.
Un trabajador en situación de baja a pesar de las enormes cuotas a la seguridad social que se pagan en España, conlleva un coste extra para la empresa superior al cincuenta por ciento del total del coste de aquel en actividad laboral, diferencia de lo que aporta en esta situación la Seguridad Social. Deben de saber que este gasto en la mayoría de los casos viene provocado porque las pequeñas empresas, obligadas a acogerse a los “convenios colectivos”- esos que firman las grandes patronales con los grandes sindicatos y que imponen a las micro-empresas y para todo el sector, empresa ya en quiebra, ya en beneficio- en la mayoría de los casos, estos convenios llevan una clausula en la que se obliga a pagar a las empresas, que no a la Seguridad Social, el mismo salario cuando el trabajador este en situación de baja temporal. Clausula que no existe en la mayoría de los “convenios de empresas” pero al que solo pueden acogerse las grandes empresas.
Este nivel absentismo y contrastado con estudios en otros países, tiene mucho que ver con la bondad de la cobertura en situación de baja temporal. Así y todo, se redujo por la entrada en vigor de la mini reforma de Rajoy en 2.011, en la que se contemplaba que las faltas reiteradas podían ser motivo de despido. En el momento que los sindicatos se dieron cuenta que era una broma, en el 2.014 volvieron a repuntar hasta llegar al máximo histórico de 2.018.
Además de ser líderes en Europa en mortandad de empresas, líderes en paro, también lo somos en absentismo laboral. Estamos en el grupo de cabeza a nivel mundial. Cuesta entender al que no conoce el modelo económico español, al que no conoce el compadreo existente entre gobierno, patronal y sindicatos, en pos de “la paz social”, que, en el país con mayor paro estructural de la Unión Europea, en el país con mayor esperanza de vida del mundo, seamos también lideres en absentismo laboral.