La ambigüedad del “okupa”
Parece que Pedro Sánchez sigue abriendo las puertas al separatismo catalán para poder gobernar con su apoyo tras el 28 de abril si este fuera necesario. En una entrevista concedida a La Sexta y ante las preguntas sobre el asunto del separatismo catalá, Pedro Sánchez ha continuado instalado en la ambigüedad con respecto a este tema y ha defendido que no debe pronunciarse sobre ese tema.
Para justificar su insólita postura, recordemos que sigue siendo presidente del gobierno, ha utilizado una excusa de lo más ridícula y absurda afirmando que no debe pronunciarse para no “judicializar la política ni politizar la Justicia”. Después subrayó: “estaré encantado de responder a esa pregunta cuando proceda. Ahora hay que dejar a los jueces y a los fiscales trabajar. Una vez haya sentencia lógicamente el poder político tendrá que posicionarse“.
Y se ha quedado tan ancho. Que el presidente del gobierno de un país que ha sufrido un golpe de estado diga esto de los golpistas que están siendo juzgados es como poco aberrante. Si lo que pretendía hacer con estas declaraciones era mantener un tono ambiguo e intentar no meterse en el asunto, ha conseguido todo lo contrario.
Y es que, lo que es lógico ante una pregunta como esa y ocupando un cargo de tanta responsabilidad como el que ocupa es contestar sencillamente que no. ¿Cómo va a indultar a unos golpistas si son condenados por la Justicia? ¿Cómo va a cometer una aberración semejante? ¿De qué lado está?
Estamos a tiempo de quitarnos de encima a un sujeto tan peligroso para España como este. Quedan muy pocos días para las elecciones generales y Sánchez se ve tan seguro que no se corta ni un pelo. Sería el colmo de las traiciones que el gobierno de Sánchez indultara a los golpistas en caso de ser condenados. Sería una auténtica tropelía y una provocación para todos los españoles que hemos sido atacados por esa gente.