El grupo municipal de Cs en Málaga ha presentado una moción de control de gobierno a su socio durante la legislatura, el PP, con el fin de “tocarle los cojones”, según se expresa en una anotación realizada en el margen de la moción, que se les ha olvidado borrar antes de presentarla en el registro de entrada.
Si analizáramos la actual situación de la política que se encuentra en campaña electoral, desde la expresión que ha realizado ese grupo municipal, podríamos afirmar claramente que casi todos los candidatos se dedican a “tocarnos los c..” a los ciudadanos, porque tienen una absoluta falta de respeto hacia nosotros.
Esa singular expresión, coloquial y definitoria, valdría para aplicarla a un presidente del gobierno que, siendo candidato, no permite que la ciudadanía pueda confrontar programas políticos entre él y el mayor partido de la oposición, mediante la celebración de un debate televisado a dos, en el que todos veamos sus capacidades, su verdades y sus cínicas mentiras a la hora de realizar promesas a los ciudadanos, en la mayor parte de los casos, que solo sirven para ocultar sus verdaderos planes, como son la posibilidad de conceder un indulto a los políticos presos catalanes que están siendo enjuiciados en el Tribunal Supremo, o pactar con el independentismo que quiere destruir la unidad y la soberanía de la nación española, vulnerando con sus peticiones la carta magna que nos hemos dado todos, pero claro, ¿no interesa decir la verdad, Sr Sánchez?
También esa expresión llena de testiculina podría valer para aquellos que, desde los aparatos mediáticos de la izquierda, fundamentalmente televisiones y tertulianos snobs, critican a un candidato al congreso por pedir la prisión permanente revisable, por ser entre otras cosas, víctima del asesinato de su hija por un desalmado. Se pasan el día diciendo lo que debe decir el centro derecha, como debe decirlo y criticando cuando lo dice, porque se convierte en extrema derecha.
Tampoco podríamos dejar de utilizar esa expresión para un partido que vino a romper el cielo, pero que de momento está en la política después del “reposo del bebé”, cuando se permite el lujo de criticar a una formación que quiso dar un mitin en la batasunizada Rentería, acusándoles de provocar al personal, cuando lo único que ha demostrado es la “dictadura nacionalista” que sigue existiendo en el P. Vasco, en donde para algunos, todo está permitido, pero para quienes son españoles, se ha pasado del asesinato al acoso, como si esto fuere normal, en una tierra en donde la libertad está condicionada a ser nacionalista, a estar en los aledaños del secesionismo o a ser proetarra, pero claro, ¿eso que le importa a Iglesias y Echenique si cuando van al País Vasco se declaran amigos e incluso socios de Otegui?
Hay otra situación que también puede servir para usar la expresión testicular pero en este caso cuando se usa ese apelativo de “derechita cobarde” desde una formación de nuevo cuño hacia otra de la que muchos de sus dirigentes han salido y cuyos candidatos han estado cobrando nóminas hasta hace muy poco, sin darse cuenta que ofenden a la inteligencia, faltan a la dignidad y dañan eso que ellos llaman “amor a España”, porque ¿un partido que ha sufrido una veintena de asesinatos de cargos públicos y dirigentes por parte de los terroristas, no “ama a España”? Otro cuento para esa historia.
Lo cierto es que sí, que los españoles estamos “hasta los c…” de ciertas actitudes de algunos políticos que en una campaña electoral destinada a la elección de un futuro gobierno de nuestra nación, en vez de abordar claramente la falta de libertad de Cataluña y el País Vasco, sometidas al capricho de los nacionalistas, en vez de decirnos como van a salvaguardar la unidad nacional o en vez de tocar qué medidas se van a tomar para evitar una inminente crisis económica en la que nuestra España no está preparada debido al importante nivel de endeudamiento que tenemos y al terrible gasto público que nos proponen, nos cuentan historias falaces con objetivos perversos y con la única intención de mantenerse en el poder, para seguir volando por los cielos del mundo, mientras que los que estamos en tierra, vemos que nos gobiernan como la casa de “tócame Roque”, porque el dinero de todos, no es de nadie, solo de los españoles para el disfrute de los caprichos de quien nos dice gobernar.
Afortunadamente, viene la Semana Santa, semana en la que, si dicen la verdad, nos permitirán a los ciudadanos desconectar por unos días de esta vorágine de campaña, permitiendo que acudamos a las procesiones, o simplemente a disfrutar, si es que no les molesta a algunos, bien sean concejales de la izquierda en Valladolid o absurdos snobs izquierdistas que no creen en lo religioso, alegrándose del incendio de una joya de la cultura, de la historia y de la civilización como la catedral de Notre Dame de Paris, porque luego tenemos la última semana, la de la recta final, que comenzará con nuestra cartera vacía, con el estrés de la vuelta al trabajo y con un “debate coñazo” a cinco, que nos hurta nuestro derecho a estar informados, a decidir que queremos y a incluso no verlo, porque nos han robado la posibilidad de ver a quienes van a gobernar España, en un debate frente a frente.
No estaría mal que de vez en cuando le dijéramos a los políticos: “no me toque los c…”.