Lo de Montero ya es de traca
Irene Montero, siempre obsesionada en sus apariciones públicas por utilizar el lenguaje “inclusivo” hasta la absurdez, la creadora del palabro “portavozas”, la mujer del jefe, lo ha vuelto a hacer, ha vuelto a hacer el ridículo por su obsesión absurda con ese tipo de lenguaje.
En una reciente intervención que tuvo lugar en Onda Cero y en la que se le preguntó sobre las declaraciones de Villarejo en las que decía haber recibido el encargo de espiar a Pablo Iglesias, espionaje que tenía como objetivo que Podemos no llegara al gobierno, Montero se quejaba de que algunos de esos agentes estuvieran “jubilados” que muy pocos estuvieran “en prisión” o que estuvieran “en activo sin rendir cuentas ante la Justicia”.
Pero, como se estaba gustando, se vino arriba y dijo que estaban manchando el nombre de “trabajadores y trabajadoras de los Fuerzos y Cuerpas de Seguridad del Estado”. Por si esto fuera poco, después volvió a utilizar su ya famoso “portavoces y portavozas”.
Es evidente que a los líderes de esta ridícula izquierda que estamos sufriendo están llegando a un punto ridículo con el llamado lenguaje inclusivo seguido, además, por mucho famosete progre y alienado forofo de tres al cuarto. Y es más evidente todavía que lo tienen que forzar tanto que les resulta imposible no hacer el ridículo puesto que tienen que estar metiendo la cuña forzada y artificial cada vez que tienen ocasión.
Pero eso les importa muy poco, ridículos ellos hasta la saciedad seguirán, como hace Irene Montero, en sus trece y reivindicando los ridículos palabros que se inventan para que la gente piense que son algo, aunque no sean más que unos absurdos y unos ridículos. Tan ridículos y absurdos como esta feminista que está donde está por ser la mujer del jefe, sin más.