Legión

Querido Rafa:

Ya sabía de antemano que ibas acompañar en Málaga al Cristo de la Buena Muerte y Ánimas y el paso de Palio de Nuestra Señora de la Soledad. No por eso te buscaba en el desfile procesional que al paso de tus compañeros legionarios, los miraba en la plaza de Fray Alonso solamente para verte reflejado en el rostro de tus amigos legionarios. Fue en la explanada de la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán, esta estaba abarrotada de personas y como todos los años de antiguos caballeros legionarios que como yo en aquellos momentos seguían las lágrimas abultándose en las mejillas de aquellos valerosos hombres que fueron caballeros legionarios.

Tú sabes la admiración y el entusiasmo que me abriga este cuerpo militar que te tengo —además de ser mi nieto— por pertenecer a uno de los cuerpos militares que han defendido a España y siguen haciéndolo tras muchos años. Rafa, solamente te pido que no olvides algunas de las conversaciones que hemos tenido en estos últimos años. Me alegro cada día que nos vemos de la alegría  y entusiasmo que veo en tu rostro.

 

J.R. Domínguez un 20 de Julio del año pasado en este mismo periódico una publicación que viene a cuanto remachar. “Intento explicarme porqué hay una gran masa de población que están a favor del aborto, de la eutanasia, en contra de la libertad de la enseñanza y de la religión católica de forma furibunda…”. Me dirás a que viene a cuanto esta frase. Pues mira Rafa, viene a cuento porque estamos todos metidos en una encrucijada muy grande donde no  hay semáforos, bueno si los hay, pero todos son del color rojo, es decir estamos todos parados en esa confluencia de calles sin saber a donde nos llevan, e incluso a dónde vamos. Yo sé que tu hombría de hombre de bien te estarás acordando cuando lleves a tu Virgen de los Dolores de Alcolea, para que vuelvan a funcionar esos semáforos con todos sus colores para que no haya enfrentamientos en esa encrucijada que te hablaba antes.

Rafa, sé que esto que te voy  a pedir no te hace falta, estoy seguro. Nunca olvides tu origen, tu devoción y entrega a todo lo bueno que quieres y admiras, y por último, ser capaz de honrar como siempre a tu patria que como militar que eres, primero, con ello honrarás  a tus padres, con solo esto honrarás a tu Nación y a todos cuanto te quieren. Me permito frasearte una estrofa que, como sabes guardo centenares de ellas y esta le viene como  el brazo a las manos, dice así: ¡¡POR ESPAÑA!! A quien quiera defenderla / honrrado muera… / al traidor que la abandone, / no tenga quien le perdone. / Ni una cruz en sus despojos, / ni la mano del buen hijo, / para curarle sus ojos.

Legión

Te dejo con mi corazón latiendo de ver que eres feliz, tú al menos has encontrado la paz que querías y anhelabas y yo dichoso de ver a mi nieto expresando alegría  en defender a nuestra España junto a todas las Fuerzas Armadas  expresadas y conjuradas  en el día de hoy ante el Cristo de Mena. Así es que te he visto bajar del barco en Málaga, desfilar ante la casa del Cristo que yace en la Cruz. Te he observado levantar con mucho mimo al Cristo para no herirle más y te he visto como cantabas el Himno de la Legión a la vez que yo también lo canturreaba. Desde aquí me despido con un fuerte abrazo y un beso.