Acojer

En el Diario Córdoba del 7 de abril de 2019, en un reportaje dedicado a tan grave problema que acucia a nuestra sociedad como es la ludopatía, se exponen manifestaciones de un miembro de la ONG ACOJER.

He escrito bien el verbo acoger, mejor dicho, me he limitado a transcribir lo que he leído y no me he equivocado en ello.

Desconozco si es una errata del periodista que ha escrito la mencionada entrevista o ciertamente es que la referida organización se denomina así: ACOJER.

Si se trata del segundo caso, pienso que los fundadores de la misma a la que dieron ese nombre podrían haber consultado, si no a un experto en ortografía, por lo menos el DICCCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (DIRAE, por más señas), tan accesible hoy por Internet, que les hubiera ilustrado cumplidamente como se ha de escribir, sin faltas de ortografía el mencionado vocablo, ya que parece ser que desconocen totalmente las reglas de la misma.

Cuando estudiaba Enseñanza Primaria, que era como se denominaba entonces al conocimiento de los más elementales estudios, se nos enseñaban las más simples reglas de ortografía para que pudiésemos expresarnos en la tan bella lengua que poseemos, con corrección, claridad y precisión de forma que, por falta de estos saberes, no cayésemos en ningún error al expresarnos.

Recuerdo una regla referida a los verbos de esta conjugación terminados en -Ger. Esta decía: SE ESCRIBEN CON G LOS VERBOS ACABADOS EN -GER, -GIR Y GERAR, menor TEJER, BRUJIR, CRUJIR Y DESQUIJARAR.

Es así que ACOGER, no es ninguno de estos cuatro verbos, luego se debe escribir con G.

Cuando era casi un niño, recuerdo que para poder iniciar los estudios de Bachillerato había que superar el examen de ingreso del que quedabas inexorablemente excluido si cometías una falta de ortografía.

Faltas de este tipo, por no llamarle meteduras de pata, las estoy viendo con mucha asiduidad en los medios escritos así como en los radiofónicos o televisivos.

Yo me pregunto, ¿Por qué estos yerros en el conocimiento del Español?

Considero que la respuesta es bien sencilla. Desde que comenzó la democracia ha habido por lo menos 7 leyes, o quizá más, no las recuerdo, sobre la Enseñanza con el consiguiente desbarajuste y confusión, para lo estudiantes, los más perjudicados y, en última instancia la Sociedad, damnificada por no tener ciudadanos cultos y debidamente preparados que sepan defenderse ante los retos de la competitividad.

La Enseñanza y la Cultura deben estar al margen de todas las ambiciones y tendencias políticas, son un bien del que debemos gozar todos los ciudadanos sin contar con los vaivenes de cualquier bandería de partido.

Pero los políticos quieren adoctrinar a los ciudadanos desde las más tierna infancia y eso se consigue dictando leyes que los tengan adocenados y faltos de criterio porque es más fácil gobernar un pueblo de incultos que de ilustrados.

¿Es admisible que se pueda pasar a un curso superior, teniendo una o más asignaturas del anterior suspendidas?

Rotundamente ¡No! Pues a eso hemos llegado, a cambiar de curso sin haber aprobado todas la materias lectivas del anterior. De ahí que, por carecer de los conocimientos suficientes, se den casos de faltas de ortografía, poco léxico y el continuo recurrir a palabras cliché o muletillas que  denotan carencia de vocabulario y que continuamente escuchamos en los medios de comunicación,  a los políticos y personas que presumen de alto nivel de cultura a las que precisamente eso es lo que les falta: el más elemental conocimiento de nuestra preciosa lengua.

También te puede interesar...


Artículo anteriorLa ‘eutanasia’ de España
Artículo siguienteExtremadura, víctima del PSOE
Dr. en Filosofía y Letras en la especialidad de Geografía e Historia. Me dedico preferentemente a la investigación de la historia de Córdoba durante el Siglo XVI. Sobre ello que he publicado varios libros como por ejemplo: LA VIDA DE LOS CORDOBESES DURANTE EL REINADO DE CARLOS I, LA APORTACIÓN FINANCIERO FISCAL DE CÓRDOBA A LA HACIENDA DE CARLOS I, o LA PROSTITUCIÓN EN CORDOBA EN EL SIGLO XVI.