A poco más de dos semanas para los comicios del 28 de abril escuchamos varias veces el término “Cordón Sanitario”. Para aquellos que aún andan un poco despistados, cuando se le aplica el cordón sanitario a un partido es excluido de las políticas de pactos. Ya quiso hacerlo Ciudadanos con VOX en Andalucía, pero no pudo.
Se me viene esto a la cabeza por los famosos decretos del progre Sánchez. Esos decretos que ha aprobado con los terroristas de EHBildu y los golpistas de Cataluña, ¿acaso no debería de ser a estos partidos -los proetarras e independentistas- a los que debemos aplicar el cordón sanitario?
Nunca he tenido especial simpatía por el PSOE —digamos que ninguna— pero lo que está haciendo este partido en los últimos tiempos es de escándalo. Aprobar una moción de censura con su apoyo, y numerosas leyes que ni este partido ni nadie en su sano juicio puede cumplir. Pero lo grave es hacerlo en compañía de esta gentuza, de aquellos que dicen que los muertos de ETA merecieron la pena, de aquellos que agreden a guardias civiles, de aquellos que se alegran de que Ortega Lara pasara 532 días en un zulo.
Y no solo con ellos. También con los que piensan que está bien agredir a personas que lleven una bandera de España colgada en el pecho, con los que piensan que hay presos políticos en nuestra patria, con los que piensan que pintar lazos amarillos en las casas de los jueces, fiscales y políticos es una forma de reivindicar sus ideas. Ya no hablamos del coletas, a él lo dejamos para otra ocasión…
Con ellos te has condenado, Pedro. Estos partidos eran a los que debíamos aplicar el cordón sanitario, con los que nunca un partido de gente de bien pactaría. Yo, como patriota, espero que la derecha nunca ceda a los chantajes de nacionalistas e independentistas. Y mucho menos de los comunistas. La derecha este 28 de abril debe ser responsable con la unidad de nuestro país, con nuestras tradiciones, la defensa de la familia y la libertad.
No obstante, dudo de la mayoría de partidos de derechas. El Partido Popular pactó en numerosas ocasiones con la antigua Convergencia de Pujol para aprobar los presupuestos, financiando así el adoctrinamiento nacionalista en Cataluña. Al final “la guita es la guita” y eso seduce a (casi) todo el mundo. Personalmente confío en que VOX no caiga en los mismos errores, creo que es un partido que respeta mucho sus principios y sus palabras, y que no traicionará a aquellos que le voten en estas próximas elecciones. Que nunca pillemos a la derecha pactando con los del tiro en la nuca.