Ante pecados históricos que se llevan produciendo en la religiosidad popular y que adquieren especial auge entre los meses de abril – mayo, permitidos e incluso alentados (en mayor o menor medida) por obras literarias de no escasa importancia entre los fieles, es menester ser concisos, para que todo lector tenga claro en que se cifra la salvación. Lógicamente los puntos que les expongo se encuadran (para llevarlos a plenitud) dentro de la jerarquía eclesial (1ª de Timoteo 3: 1-16) y de los canales de gracia que son los sacramentos.
1- ¿Hay algún otro nombre dado a los hombres por el cual podamos ser salvos?
No, pues como dice hechos 4:12: en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
2- ¿Hay alguien entre Dios y los hombres más poderosos que Cristo para alcanzarnos lo que con recta y buena intención pedimos?
No, pues nadie hay más cercano a Dios Padre que Él, nadie murió, resucitó y está sentado a la diestra de Dios, y asimismo intercede por nosotros (ROM 8:34) más que Cristo. Y ésta es la confianza que tenemos en él: que cualquiera cosa que le pidiéremos conforme a su voluntad, nos la otorga. 1ª de Juan 5:14
3- ¿Hay alguna puerta a parte de Cristo para entrar al cielo?
No, no la hay pues dijo Jesús: Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos (Juan 10:9)
4- ¿Quién va a Cristo?
Aquel a quien Dios Padre atrae según dijo nuestro Salvador en Juan 6:44: Nadie puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere, y yo le resucitaré el último día.
5- ¿Es Cristo alguien lejano, casi inaccesible que rehúse atender nuestros ruegos por falta de méritos y prefiere que no nos dirijamos directamente a Él?
No, al contrario, pensar o decir eso es un engaño. Él fue el elegido, el ungido de Dios para rescatar al ser humano. Cristo es quien más ha querido y quiere a la humanidad pecadora. Su gran acto de amor fue la pasión, muerte y resurrección, nadie ha hecho más por nosotros que Él, nadie más nos redimió más que Él, pero encontramos más ejemplos.
Nos dejó el sacramento de su cuerpo y de su sangre, ni siquiera los ángeles pueden tener una comunión tan perfecta como nosotros. ¿Quién más puede decir (sin mentir) tomad y comed: este es mi cuerpo?
Y además tenemos certeza de que nos escucha: Y sabemos que nos ha otorgado cuanto le pedimos, en vista de que logramos las peticiones que le hacemos. 1ª de Juan 5:15.
6- ¿Es menester alguien más que Cristo para alcanzarnos la salvación?
No, pues es por su sacrificio por el cual se abrieron de nuevo la puerta del reino de los cielos. Así pues, con Santa Teresa de Jesús, podemos afirmar: Sólo Dios basta.
7- ¿Ejercen los santos (de quien María es la reina) una mediación o intercesión aparte de la de Cristo?
No, sus ruegos y oraciones son ante Jesús (Apocalipsis 5:8) (catecismo 956) quien es el único mediador (1ª de Timoteo 2:5).
8- ¿Que es necesarios para ser salvos?
Aceptar por fe el sacrificio expiatorio de Cristo en la cruz, (ROM 3:25) y por tanto sabiendo que la salvación es un regalo inmerecido (Ef. 2:8), obrar desde ese momento en consecuencia, pues esos son los frutos de la justificación con ayuda indispensable de la gracia.
De tal manera que: Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios. 1ª de Juan 5:13
9- ¿Cuándo muramos quien será nuestro abogado?
El santísimo, el Justo, nuestro Señor Jesús, el cual por su sangre nos lava de todo pecado. (1ª de Juan 2:1)
Cuando vean algo diferente a esto, reprendan, adviertan o simplemente practiquen la indiferencia como dijo aquel humanista: ¡Adiáfora!