Si se le preguntase a un ciudadano de Murcia o de Salamanca si sabe cuantos años lleva en el poder Revilla, más de uno diría que ninguno o que como mucho estos últimos cuatro años, puesto que su discurso cuasi podemita de la política da a entender que nunca ha sido responsable de nada.
Sin embargo, Revilla es diputado regional desde 1.983, siendo el único diputado que ejerce como tal desde las primeras elecciones autonómicas del siglo pasado.
Lleva ejerciendo el poder desde 1.995, en coalición con el PP hasta 2003, en ese año el PSOE le otorga la Presidencia a pesar de ser el partido menos votado del Parlamento. Esta coalición con el PSOE le ha permitido ser Presidente del Gobierno 12 de los últimos 16 años.
Lo asombroso es que esta información, que está al alcance de cualquiera, es desconocida por la mayoría de la gente que ve en este vestigio de los sindicatos verticales franquistas, la reencarnación del político antisistema defensor de las “causas perdidas”, y a quien habría que darle una oportunidad para que pudiera demostrar lo que vale como gestor de lo público.
¿Cómo es posible que la mayoría de la gente desconozca la verdad del personaje?… ¿Cómo puede dar lecciones de Macroeconomía y aportar soluciones de chisteras demagógicas quien durante su gestión ha disparado el déficit público y la deuda de Cantabria?… ¿Cómo puede hablar de soluciones industriales y de nuevos modelos productivos quien, en 20 años ejerciendo el poder, ha sido incapaz de atraer y consolidar ni una sola industria que genere 50 puestos de trabajo?…
Sin duda el hecho de que no pertenezca a un partido de carácter nacional y la colaboración editorial, con un grupo de comunicación tan potente como Atresmedia, y anteriormente con Mediaset, han permitido blanquear de una forma inaceptable su imagen y transformarlo en un producto de marketing sin ninguna solvencia como gestor político.
Solo así se puede entender que pueda haber pasado desapercibido que la empresa que realizaba las campañas electorales del partido de Revilla, el PRC, recibiera en contratos del propio Gobierno de Revilla más de 10.000.000€ si, han leído bien, más de 10 millones de euros a dedo, sin concursos ni competencia en más de 1.700 facturas ¡MIENTRAS ERA LA EMPRESA ENCARGADA DE REALIZAR SUS CAMPAÑAS ELECTORALES!
Pues Revilla, que era el responsable de regar con dinero público a la empresa que le hacía sus campañas electorales, se permitía el lujo de hablar de los trajes de otros políticos o de lo malo que era “La Gürtel” y nadie le preguntaba por su Puzzle, que así se llamaba la empresa que le hacía sus campañas electorales.
Más asombroso e inexplicable es el modo en que ha pasado desapercibida la gestión industrial de Revilla, un caso paradigmático de despilfarro, incluso de algo peor, con las subvenciones y ayudas recibidas por una empresa llamada GFB.
Esta gestión de Revilla batió el récord de incompetencia política. Fue la primera empresa instalada con la ayuda del Gobierno de Revilla que contrató personal, realizó un ERE para toda la plantilla, entró en suspensión de pagos y cerró por quiebra fraudulenta, después de haber recibido más de 55 millones de ayudas del Gobierno de Revilla, ¡SIN HABER PRODUCIDO NI UNA SOLO UNIDAD DE PRODUCTO!
Es inexplicable que un mamarracho de este calibre, con un patético discurso plagado de demagogia y de populismo pueril, que da vergüenza ajena, pueda haber estado al frente de un gobierno autonómico durante tanto tiempo.