decretos

No sé lo que pasa en España y de qué manera nos la estamos jugando entre todos y si lo pensamos bien, el que se la está jugando es el propio Gobierno de la nación. No hay nada más que mirar el decreto ley que tiene preparado el infortunado hombre de la Moncloa, el cual, a todo cuanto huele a español me sospecha mucho que a última hora me da una desconfianza enorme y difícil de creer. Pero como estamos en elecciones, la trampa le ha urgido con una desvergüenza tan grande que creo que ni a cosa hecha le hubiera salido mejor. Los decretos de tipo administrativo—creo que se puede definir estos que quiere promulgar el gobierno—emanado habitualmente del poder ejecutivo y que, generalmente, posee un contenido normativo reglamentario, por lo que su rango es jerárquicamente inferior a las leyes.

Bien es verdad que todos los presidentes se ayudaron con decretos, pero el okupa de la Moncloa los está haciendo, cuyo bagaje les gana a sus anteriores jefes de estado, incluso en los nueve meses a todos los años que estuvieron en el Gobierno Zapatero y Rajoy incluyendo a Aznar. Donde supuestamente deberá ser sometido a debate y votación por el Congreso —digo supuestamente— pensando en el dicho quién hiso la ley, hizo la trampa—. Hablando de trampa, la de 30.000 empleos Públicos que al parecer muchísimos de esta cifra está trabajando en sus puestos con lo cual serán menos los contratados según dijo hace dos día un consultor político en antena 3. Los gustos de este presuntuoso ser, con estas medidas subirá el gasto público para alimentar empleos en la administración, como muy bien dice el confidencial, llenando la Administración pública de funcionarios ganando así votos y, de paso, recortando el número de desempleados.

A todo esto, me hago y me pregunto con dos reflexiones que me inquieta mucho este proceder del Jefe del Ejecutivo y ¿por qué no lo hiso antes? para esto hay una explicación. Mejor me callo.  El confidencial sigue a todo esto: “Todo ello a pesar de que antes de llegar al Gobierno Pedro Sánchez prometía “limitar el uso del decreto-ley”, criticando que Rajoy convertía “una figura prevista para circunstancias excepcionales en la forma ordinaria para legislar hurtando a las Cortes Generales con  Real Decreto-ley es una forma de legislar por parte del Gobierno que, según el artículo 86.1 de la Constitución, se limita a casos de extraordinaria y urgente necesidad. Y sigo diciendo: ¿es más ley un decreto que el artículo antes mencionado? Cuando las cortes se aprueban y rechazando por los poderes que emanan del pueblo. Como estamos en carnavales me hago la segunda reflexión: si el ejecutivo fuese una chirigota o una comparsa y un cuarteto, le pondría el nombre siguiente: Los decretos de la desvergüenza. Charles de Gaulle dijo en su día: que la política es un asunto demasiado serio para dejarlo en manos de los políticos. Yo le quitaría la palabra políticos, yo le añadiera: de los cursis y ficticios metidos a políticos, que por cierto son casi todos.