Leí ayer domingo un artículo en El País –referente en España del relativismo-laicista- y un editorial de La Vanguardia –referente en Cataluña de la burguesía catalanista y capitalista-, ambos contra VOX. Como estos periódicos son ajenos al mundo cultural-marxista, a primera vista, no se entiende su constante animadversión a un partido de derechas. Aunque, como están en su contra, es comprensible que le llamen “ultraderecha”, y, por esta línea de ligeras descalificaciones, continúan ambos artículos. Pero hay algo en ellos intelectualmente innoble: no justifican esas descalificaciones. Y los dos son unos periódicos serios, al menos en apariencia. Y digo innoble, al no ofrecer argumentos al lector: no alimentan su mente, para que juzgue el valor o la fatuidad de las razones aportadas; pero, además, lo están ofendiendo, porque consideran que forma parte de la plebe cretinizada, a la que basta con darle simplemente las descalificaciones para que se las trague como si fuesen axiomas.
Por brevedad pondré pocos ejemplos. De El País: “[VOX es] la anomalía que se introduce en nuestro cuerpo político y amenaza con contaminarlo.” “[VOX es] un sector de la derecha tradicional que nunca consiguió ajustarse del todo a la democracia.” “[VOX] es un partido reaccionario en su sentido clásico, de resistencia frente a la España constitucional”. Y de La Vanguardia: “ha inclinado [a sectores de la sociedad española] hacia la oferta retrógrada de Vox.” “Pero la transparencia nunca ha sido una virtud predilecta de Bannon, tampoco de Vox, y se hace difícil conocer el detalle de sus tratos.” “No sólo sería una mala noticia para España, donde Vox defendería un ideario reaccionario, sino también para Europa, cuyos solidarios principios fundacionales no comparte y pretende desarticular, de la mano del citado Bannon y con el beneplácito de Putin.” “[La acción de VOX será] lesiva para los [intereses] de quienes defienden los valores originales de la Unión Europea y aprecian las libertades de las que disfruta nuestra sociedad.”
Ambos periódicos han publicado numerosos artículos contra VOX: unos con el recurso al fascismo, la homofobia y al antieuropeismo, otros con el recurso a la suave descalificación. Ambos procedimientos, apoyados en la falsedad. ¿Qué hay de verdad en VOX que tan cuidadosamente silencian, y que rechaza el relativismo-laicista? Su planteamiento cristiano. Parece, por esto, que La Vanguardia tiene una veta que le asemeja a El País. Si es así, entre relativistas anda el juego.