Vergonzoso lo de las encuestas. Siempre he pensado que el que las lleva a cabo, dispone de las herramientas necesarias para desvirtuar el resultado en su provecho. Por ejemplo, si se centra en un barrio o población de mayoría de izquierdas, o en un determinado estamento social y luego todo eso lo extrapolamos al resto de la nación, ¡¡¡”et voilà!!!”, ya tenemos tendencia de voto. Para muestra un botón, el CIS desvirtúa las encuestas favoreciendo de manera flagrante al Sanchismo. Claro que, luego pasa lo de Andalucía y deja esta encuesta a la altura de un grillo desnutrido.
Si estoy hablando de algo tan claro para todo el mundo es porque hemos de leer entre líneas y estas son que la tendencia de voto, aunque bastante inflada, está girando hacia Sánchez remontando lo mucho que había perdido.
Por más que pienso y por mucho que analizo, no soy capaz de entender como una persona cabal (excluyendo los borregos nacionalistas catalanes y los pseudo terroristas y amigos de asesinos vascos) se plantea siquiera, votar a quién ha estado a punto de romper la unidad del territorio español por una cama nueva en Moncloa. ¿Cómo es posible que siga teniendo adeptos alguien que destruye empleos, aumenta la inflación, miente de forma compulsiva y se codea con lo más granado de la política chabacana? Con dos ministros dimitidos al inicio de su mandato, y cuatro que no lo hicieron porque su religión se lo prohibía, y ética no conocían.
Sigo sin entender como una persona con algo de inteligencia y un mínimo de cultura puede entregar su confianza a Pedro Sánchez, y ojo que no digo al PSOE, que no dudo haya gente preparada, pero la realidad es que le han dado tanto poder a este tipo, que hasta Susana Díaz se ha quedado con cara de haba.
Las encuestas son para lo que son, es decir, favorecer al partido de turno que esté en el poder en ese momento.
Desde aquí hago un llamamiento y lanzo un grito de ruego a todos los socialistas para que antes de meter la papeleta en la urna piensen bien que la moción de censura de la vergüenza se puede volver a repetir y esta vez sería por orden del pueblo. Pensad en una España fraccionada y desgajada y completamente arruinada. Caldo de cultivo para las mafias migratorias, corrupción y violencia.
No sé vosotros, pero yo no quiero vivir en la Venezuela europea.